Episodio 90

Carolina Meneses

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Ana: ¿Qué es lo primero que se te viene a la cabeza cuando te digo “Perú”?

Carolina: Wow, Perú es mi todo, o sea, es mi casa. Es mi costumbre. Es mi familia, mi comida. 

Ana: ¿Qué es lo primero que se te viene a la cabeza cuando te digo “Hungría”? 

Carolina: Es un país hermoso. Literal, es muy bonito.

Ana: ¿Qué es lo primero que se te viene a la cabeza cuando decimos “Work and Travel”? 

Carolina: Creo yo que si me hablas de Work andTravel es un programa donde la los jóvenes tienen la oportunidad de poder salir de Perú y ver la experiencia internacionalmente.

Ana: Por último, lo primero que se te viene a la cabeza cuando te digo “migración”

Carolina: Migración es una palabra, creo yo, de gente que se arma de valor y sale afuera de casa para encontrar algo mejor. Hay una palabra, una frase que dice “por mi mejoría mi casa dejaría”.

Nació en Huancayo. Trabajo en muchas empresas como bancos de recursos humanos, empresa de marketing, y actualmente trabajan en el área de Global JML y una empresa de Haití llamada Tapa. Si tuviera que definir su proceso migratorio como un libro lo haría en cuatro capítulos, el primero se llama “Alas para volar” y cuenta su viaje a Estados Unidos para trabajar por un work and travel program, entre el 2011 y 2012. El segundo capítulo lo ha titulado “Horas en el aire, donde realizó viajes de vacaciones y por estudios en dos tours por Europa entre el 2014 y el 2016. La tercera sección es “Por qué no”, donde narra su primer viaje de trabajo a India y sus viajes de vacaciones a Europa y Asia entre 2018 y 2020. Luego viene la cuarta parte llamada “pandemia”, donde estuvo atorada en el banco Tailandia durante el 2020 y actualmente está escribiendo su quinto capítulo llamado “Nuevos aires, nuevos comienzos”, donde narra su viaje a Hungría por trabajo desde 2021. Hoy hablamos con Carolina Meneses o “Carito, alma viajera”.

Entrevista: 

Ana: Hola, Caro. Bienvenida, ¿cómo estás el día de hoy? 

Carolina: Hola, ahora bien. Todo bien. Muchas gracias por la invitación y estando de experiencia de hacer un pódcast.

Pregunta: 3:32

Ana: Gracias a ti por aceptarse el papel. Me gustaría que nos cuentes, pues… vamos a pasarnos a lo ultimito, para luego regresar en el tiempo, por lo que quiero que nos cuentes a qué se dedica o de qué se trata el área de procurament de Global JML.

Respuesta: 3:51

Carolina: Bueno son dos áreas realmente, me encargo de dos áreas. Procurement trata de la compra de todos los bienes, que tiene la empresa para las operaciones diarias, que quiere decir, la compra de… Yo me encargo de todos los “new joiners”, que en español sería los el nuevo personal, los nuevos que vienen. Entonces me encargo de hacer la compra de todos los bienes, digamos, ya sea de laptops, de máquinas, de monitores, de mouse, de qué sé yo, de audífonos, de teclados… De hacer todas las compras para las para los nuevos usuarios a nivel global. Y por el lado de JML – que significa Journal Mover Leavers – me encargo de borrarles, o seas, que así como les doy del nuevo personal también me encargo de los que se van (leavers). Me encargo de eliminarles todos los accesos, de desaparecerlos de la faz de la tierra.

Ana: Ahí eres como el Thanos de la empresa. Te encargas de desaparecerlos.

Carolina: Sí, me encargo. Ahí muevo un dedito y ya está.

Ana: Ese poder. Hay mucho poder que tiene Carolina. Ya saben, los puede hacer aparecer o desaparecer.

Carolina: Les doy todo lo que necesitan, pero también les quito todo.

Pregunta: 5:00 

Ana: Me parece muy bien. Y bueno, ya llevas dos años en Hungría, justamente realizando, pues, estas labores y pasando un poco de lo laboral a lo personal o cultural, qué diferencias o similitudes encuentras con la cultura peruana. 

Respuesta: 5:05

Carolina: Ay, bueno, hay muchas cosas. Bueno, siento aparte que Europa es la cultura occidental, y que nosotros tenemos también por ahí esa cultura. Sí, pero hay cosas que obviamente son distintas. La primera, por ejemplo, lo que más me chocó a mí es el transporte. Aquí en Hungría tiene un buen sistema de transporte, o sea, yo en Lima jamás podría tomar un bus a las dos tres de la mañana saliendo de una fiesta. Tendríamos que pedir taxi por aplicativo y qué sé yo… mandar tu ubicación a todas las personas que tú quieres, porque uno nunca sabe no ha habido tantas cosas, tantos secuestros, robes. Entonces, tienes que rezar todo el rosario, literal todo desde donde sales hasta tu casa. Te acuerdas de Todos los Santos y todos los dioses del Olimpo, pero, acá no. Tiene un buen sistema de transporte, es muy bueno son 24 horas y es muy “safety”, es muy seguro. Es una de las cosas que me encanta. Me encanta mucho el Budapest, puedo salir como hasta las dos o tres de la mañana o caminar hacia mi casa o tomar un bus. Hay 24/7 y llegó San y salva llego con todas mis cosas. No tengo que preocuparme si es que alguien me mira alguien, me roban nada. Llegó sana y salva. Es una de las cosas que me encanta. Y hay algo que me chocó mucho con el sistema de transporte, es que aquí dan prioridad a los niños, a la gente joven, no a la a los ancianos. Entonces para venir de Perú, una cultura donde es al revés, que damos asiento a los ancianos, me chocó mucho el tema de que yo viera ir a ancianos parados en los buses y niños sentados. Y si hay un anciano parado y una mamá que viene con su niño, el anciano se para que el niño se siente. No se sienta el papá con su hijo, se sienta el niño, o sea, el papá está parado. Y yo a veces digo, pero ellos también se pueden sentar y sus hijos en las piernas, pero no, o sea, el señor está parado y solamente a los niños. Es algo, que a mí me chocó mucho, o sea yo hasta ahora sigo ofreciéndole el asiento a los adultos cada vez que veo ancianos, adultos mayores, pero si he visto que cada vez que tomo bus que hay ancianos parados y jóvenes niños sentados. Eso es lo que a mí me ha chocado. Qué más de distinto… los supermercados. En los supermercados, obviamente, no es el mismo sistema de Perú. Es un poquito más avanzado. Hay lugares donde, pues de frente tú pagas. Tú haces tus compras, pero también hay una cajera y la cajera es… Por ejemplo, en Perú cuando tú vas a comprar hay una persona que te atiende y quizás hay otra persona que ponga las compras a la bolsa o esa misma persona que te atiende pone las compras a la bolsa y te lo da, aquí no. Aquí tú te tienes que encargar de tus compras. Entonces, tú pones ahí todo en el supermercado para que la cajera lo pase. La cajera lo pasa y tú tienes que recoger y llevarlo, o sea, recoger todo y llevarlo a un espacio para que puedas recoger tus cosas, que es muy rápido. Algo que me chocó también es que es demasiado rápido, la cajera pasa y pasa, y tú tienes que ponerlo todo en la canastita de ganancia, del supermercado y ahí primero pagas y ya te llevas la canastilla a otro lado, donde ya recién tú con calma, puedes poner tus cosas a la bolsa donde tú has traído y literal es así. Pasa y pasa y tú estás “espérame un rato”. Después, y aquí la calidad de servicio es muy distinta acá, porque si bien es cierto que yo me comunico todo por inglés acá, pero no todos hablan inglés, especialmente la gente adulta no hablan inglés. Y cuando vas a un hospital especialmente en hospitales, las personas que te atienden son gente mayor – que te digo de 50 a 60 años – y esas personas no te hablan en inglés solamente en húngaro y es muy difícil para un extranjero estar aquí y no hablar el idioma. Es muy difícil. Los contratos están mitad inglés, mitad húngaro. Hay personas que, si tú eres “foreigner”, si tú eres extranjero, no te da el contrato porque quizás no saben en inglés y es difícil para ellos lidiar. Igual en los hospitales veo el grupo de extranjeros que preguntan, si alguien conoce, no sé, a un médico cardiólogo, endocrino, pero que hablen inglés, porque no todos hablan inglés. Y conversando aquí, hay otra cosa que me encanta que es el sistema médico (pero ahorita termino mi idea). Mi médico de cabecera cuando me derivó mi psicóloga tardó como tres semanas en ubicarme una psicóloga que hable inglés y yo ya después me dice: “Discúlpeme que ahorita haya demorado mucho, solo que acá los profesionales que hablan inglés se van de Hungría por buenas oportunidades y suelen quedarse solamente aquellos – buenos profesionales también – pero que solo hablan húngaro claro”. Porque saliendo de Hungría, pues es imposible, si no saben inglés es imposible que puedan trabajar. Entonces, ya pude estar con ella, pero es distinto, es difícil. Si no hay cosas, que si no hablas húngaro te complica un poco. Es una de las cosas que también son diferentes a Perú. Otro es su de sistema de medicina o sistema de salud, es muy bueno acá. Ya me encantaría que el Perú tenga este sistema, porque es demasiado sofisticado y es muy… a ver, tú vas y todo está en el Cloud (en la nube). Vas, por ejemplo a… tú tienes un médico de cabecera, y el médico de cabecera si es público tiene que ser uno cerca a tu casa y si es privado, pues, según una clínica te derivan un médico de cabecera (aquí le llaman GP general). Tú vas a la clínica y, por ejemplo, tienes una cita, con… que sé yo, el cardiólogo. Vas a cardiólogo le dices lo que tienes. Entonces, te da, digamos, pastillas y todo lo pone en la nube. O sea, todo lo que tú has tenido lo pone, lo publica y las pastillas. También hay algunos que no te dan la receta médica y lo pone todo en el Cloud. Y es lo que se hace aquí, que es todo con tu Seguro Social tu social. Vas a la clínica, vas a la farmacia con el numerito de tu social de tu Seguro Social, y ellos en el Cloud ya saben todo lo que el doctor te ha recetado, solamente le tienes que dar el número. Le dices “mi número es esto” y ella ve en la nube. Y me dice: “Ah, ok. El doctor te receto esto y esto. Y acá dice que lo tienes que tomar tan mañana, tarde y noche o solamente en la mañana”. Literal, o sea, así es acá. Es chévere y no solo eso, sino que en el momento que tú quieras cambiar, digamos, de un hospital de la clínica o de una clínica a otra clínica, de un hospital a otro hospital, ya no tienes que llevar como en Perú un folder con tu historia, si no vas y le dices el número social, porque el doctor ya tiene todo el historial de lo que ha pasado en la otra clínica. Yo digo wow, ya quisiera que Peru tenga este sistema. Algún día.

Pregunta: 14:31

Ana: Algún día, vale la pena soñar. Que importante lo que mencionas porque a veces es todo un tema lo de la salud, y que es tan importante que estemos actualizados. Que haya un buen sistema de salud. Así que si el Ministerio de Salud del Perú nos están escuchando, aquí tenemos un par de recomendaciones con Carolina, por favor. Ahora a mí me gustó bastante que hayas vivido tu historia en capítulos, porque siempre hacemos una pregunta a las personas que participan en Granadilla que es que escriban su bio como si fuera un libro. Entonces, claro, los libros se vienen en capítulos y el precio muy interesante. Y me gustaría hablar un poquito del primer capítulo, que justamente fue en Estados Unidos. Cómo fue tu experiencia como migrante, porque fue tu primera experiencia.

Carolina: Sí, bueno en primer lugar, sí lo puse en mi vida por capítulos. En realidad debería ser por tomos, pero lo traté de resumirlo y dije: “okay, capítulos esta vez”

Ana: Empecemos un capítulo de ahí vamos a tomos.

Respuesta: 14:50

Carolina: Sí, mi primera experiencia en Estados Unidos le puse “Alas para volar” porque básicamente vine desde casa para volar. Todo el mundo se sorprendió. En primer lugar, yo tenía 20 años y estaba en la casa viviendo con mis papás, y yo quería salir, quería conocer. Entonces, la work and travel vino a mi universidad, y nos dice que es una oportunidad, que por tres meses de tus vacaciones, que es el tiempo de vacaciones de la universidad. Entonces, dije por qué no. Entonces, le dije a mis papás y me dijeron que ya, aunque al inicio dijeron: “Ay, pero allá es distinto. Vas a estar solita. Tienes 20 añitos”. Y yo: “Pero es una oportunidad para mí”. Y me apoyaron, por eso título el capítulo “Alas para volar”, porque ellos realmente me dieron las alas para volar alas, para salir. Y mi mamá miedosa de todos modos. Yo estoy hablando de eso del 2012 o  2011, cuando no había WhatsApp todavía. No había Meet, no había WebEx, cosas que ahora es mucho más fácil. Lo que había era Skype. Entonces tuve que crearles una cuenta de Skype a mis papás y enseñarles a cómo se usa. Claro, pero aquellas veces tampoco había los smartphones que puedes descargar WhatsApp, que puedes descargar en el celular o te puedes hacer llamada. No sabían todavía de celulares, todavía era con teclado. Todavía no había los táctiles, o sea, había, pero si es que tenía alguien un táctil era porque era tenía demasiado dinero, porque todavía no había el mercado de celulares de ahora. Entonces, ese era el miedo de mi mamá, o sea, cómo se comunica conmigo, pero ya cuando fui, cuando viajé, cuando ya estuve y pisé suelo de Estados Unidos, dije: “Ay, qué emoción. Ahora a mi nueva aventura”. 

Fue una experiencia muy bonita, o sea, yo vivir eso mis 20 años para mí fue wow. Pensar en otro país, y así en Estados Unidos, encima sola, para mí fue wow. Una experiencia muy bonita. Me pasaron cosas bonitas cosas y no tan bonitas. La primera cosa que a mí me chocó bastante, la primera experiencia que me chocó bastante, fue el no pasar Navidad y Año Nuevo con mi familia. Fue la primera vez que yo no pasaba Navidad ni Año Nuevo. Entonces, para mí teniendo 20 años me chocó mucho. Me acuerdo que aquella vez mi papá ya no estaban en la casa, no podían estar con Skype, porque estaba en la casa de mis abuelos, y había todavía estas tarjetas de 1477, donde tenías que recargarte por unos minutos. Y tuve que llamarlos y decirles “feliz año” y ya después cuando ellos estuvieron en la casa ya estuvieron con el Skype y ya hicimos la videollamada, pero fue algo muy distinto. Fue la primera vez que pasé fuera de casa y me sentí un poco triste por no estar con los tuyos, pero es parte de la experiencia. Yo dije, o sea me dije a mí misma: “Carolina tú decidiste hacer esto. Tú decidiste irte del país así que a vivir, pues, asúmelo y ya para adelante”. Y fue muy bonita la experiencia en Estados Unidos, y trabajando por tres meses, conocí a estadounidenses y mexicanos, y viví la experiencia internacional. Viví un contexto muy distinto. O sea, Estados Unidos es un país muy bonito, pero a ver yo trabajé de manera legal porque tenía la visa, pero también vi a personas ilegales, por el sueño americano. Es maravilloso estar ahí, pero también vi la parte mala, donde las empresas tienden a tener el poder, y pueden hacer contigo lo que quieran. No tenían de otra, les tocaba y no podían decir nada, porque literal les hacen el favor de contratarlos siendo ilegales.

Pregunta: 21:13

Ana: Sí, es una realidad que pasa en muchos países. El aprovechamiento de las empresas y demás, y es algo que debemos de trabajar para erradicar. Y bueno, vámonos hasta la India porque estuviste, pues también viviendo y trabajando en la India. Me gustaría que nos cuentes un poco de este país, porque de todas maneras es un país lejano. Tenemos una peruana que está en la India que grabamos el año pasado. Entonces, quiero que nos cuentes un poco del país. Qué tenemos que tener en cuenta, si estamos pensando en viajar, en emigrar a la India.

Carolina: Tú me dices India y se me viene a la mente que es un país muy interesante. Es un país donde tú vas y lo amas. Es como una relación, lo amas y lo odias en algún momento. O sea, en algún momento le vamos, lo quieres abrazar y por momentos dices “no te quiero ver”, porque es muy distinto. Es muy diferente demasiado, en todo sentido en cuestión de cultura, en costumbres, religiones. India tiene miles de religiones, hay cristianos, hay indios cristianos, indios hindús, indios musulmanes. Tienen miles de religiones. Lo bonito es que celebran todas las religiones juntas, o sea, en India tú vas a ver feriados, a ver mil feriados, porque celebran en Navidad por los indios cristianos. Celebran Dibali, por los indios hindúes. Hay otros indios que son musulmanes, entonces celebran el Ramadán. Entonces vas en India va a saber 50.000 feriados por todas las religiones. Ahora, la comida. Me decían sobre la comida allá que es demasiado picante, pero yo decía que como ají, como ceviche picante con picante, que a mí no creo que me pase nada. Cuando llegué… Dios mío, la comida era extremadamente picante. Lloras en la primera, y la primera cucharada lloras de tanto que pica. Todas las comidas son picantes. Todas, todas. Incluso me acuerdo que fui a McDonald’s y dije “por fin algo conocido”, porque literal todo es distinto. Fui y el sándwich tenía salsa picante y dije: “!No¡”. Sí, todo pica en India. Tú le tienes que decir que es no al picante, por favor, pero decir cero. Yo decía hasta que era alérgica. Por favor, nada picante. Tú le dices un poquito, o sea, tú le dices que pique un poco, pero es mucho, es demasiado. Entonces, para ellos, tú le tienes que decir nada y se sorprenden cuando tú le dices nada de picante.  Luego, también los idiomas. Yo estuve dos años y medio en India, tengo de India todavía el touch conmigo. Primero estuve Mumbai donde se habla… A ver India es un país donde se habla demasiados idiomas y el idioma común es el inglés. Entonces, por eso no había ningún problema porque era mucho más fácil. Los bancos en inglés. Todas las cosas en inglés, los contratos de casa en inglés. Entonces era mucho más fácil, pero dentro de las ciudades, los locales hablaban su idioma nativo en Mumbai, por ejemplo, hablan maratí, pero también como es una ciudad grande también hablan el hindi como Dalí. Pero estuve viviendo en un año y medio en Jairo Abad, donde el idioma no es el hindi. Ellos hablan telbú y la escritura es completamente distinta. Entonces India tiene demasiados idiomas. Cuando regresé a Perú conversaba con mis amigos y me decían: “Y ya aprendiste habla indio”. Yo les digo: “Es que no hay idioma indio. Ahí hay muchos idiomas, el indio es el más conocido sí, pero es algunos estados de India, no todos los lugares, por eso es que como tienen varios idiomas el idioma común es el inglés”. Mi experiencia en India fue bonita, es que tiene muchas cosas. Lo que me encantó, ya directamente hablando del área laboral de trabajo, lo que a mí me gustó en India es que todos si hacen trabajo en equipo, o sea, trabajo en equipo ahí sí es trabajo en equipo literal. Cuando hay alguna persona nueva, ellos se alegran porque haya una persona nueva, porque su contexto de ellos es que viene alguien nuevo a mejorarnos el proceso, o sea, viene una persona más a sumar para que el trabajo sea más productivo y podamos avanzar mejor. O sea, ese es su contexto y por más que ellos estén ocupados – porque había personas que estaban 15 años o 20 años en la empresa que son ya los cargos altos – cuando te miran que tú eres nueva te dan un momento de su tiempo y te explican. Eso es lo que me encantó, pues obviamente yo era nueva y yo venía con el ambiente laboral de Perú. Y yo era “como le hablo, como le digo que necesito”, y él me miraba con una sonrisa, me decía: “Que necesitas. Lo hablamos ahorita”. Y me daba un minuto, o sea, me daba tiempo de toda lo atareado que estaba y eso es algo que a mí, yo viniendo de Perú, es algo muy difícil. Es distinto de ver. Y acá, por ejemplo, pasa algo, algún error de equipo, no solamente que alguien se confundió, y no tratan de ver quién fue, si no tratan de ver las soluciones. Me gustaba porque los correos cuando alguien cometió un error y era como “el equipo se equivocó en esto, pero lo vamos a arreglar” y era algo muy distinto, porque yo trabajando en Perú, pues personas que tienen altos cargos en Perú que ya tienen experiencia a veces no te atienden. A veces te dicen tienes que pagar derecho de piso, la típica. O cuando dicen que alguien nuevo venga y dicen: “Ay, viene alguien nuevo, va a reemplazar a alguien. El reemplazo, el serrucho de alguien”.  O sea, literal es así la experiencia en Perú, pero el clima allá no. Era completamente distinto. Otra cosa que me gusta de los indios es que ellos son muy amables, o sea, muy amables, pero también le das el codo y se van hasta la cabeza. 

Pregunta: 29:15

Ana: Sí es muy cierto, es muy cierto. Y me gusta mucho el tema laboral, porque justo yo ahí era que hablaba con mi mamá de que en Perú hay esta cultura laboral de “ponte la camiseta”, porque si no lo das… O, sea son ocho horas, pero no, trabajas 14. Y si no lo haces, entonces realmente no te gusta tu trabajo. Pero no es sano, pues eso es un ambiente un poquito tóxico. Existen trabajos en Perú donde sí se respete el horario laboral, donde hay una cultura. Cada empresa tiene su propia cultura laboral y hay empresas que sí tienen una cultura laboral sana bonita, pero la media es tóxica, no es la realidad el trabajo, así que Ministerio de Trabajo también va un mensaje para ustedes. Hoy día el mensaje para todos los ministerios, para el  Ministerio de Salud, Ministerio de Trabajo, también de Transporte. Todos han recibido su chiquita el día de hoy en este episodio. Entonces vamos para cerrar este episodio con el Ministerio de Salud, nuevamente. Y cuéntanos cómo fue pasarle la epidemia, la pandemia en Tailandia, porque si los locales la pasaron mal en sus respectivos países, los migrantes tuvieron un nivel más de dificultad en acceso a servicios, en acceso vacunas y demás. Así que cuéntanos, por favor.

Respuesta: 29:27

Carolina: Yo la pasé sin querer en Tailandia, te explico cómo fue. Yo me fui de vacaciones a Singapur. Y aquella vez, India todavía seguía abierto. Para cerciorarme que nada iba a pasar fui a migraciones y les pregunté que si habría algún problema si yo viajo, salgo y regreso, me dijeron: No, no tienes ningún problema. Tú puedes viajar y regresas”. Perfecto y me fui a Singapur, me fui a Malasia de vacaciones. El tema fue cuando yo estaba en Singapur. Un día antes que yo regrese India cierra las puertas y yo estaba afuera. Yo no sabía que India había cerrado las puertas. Yo me enteré ya después viendo los comunicados. India cerraba las puertas y ni siquiera para los mismos indios. Lo que pasó es que India cerró las puertas a las 12:00 horas y mi vuelo llegaba a la 1 de la mañana, o sea una hora antes una hora antes de que yo llegaba, pero mi igual. Era llegaba a India a la una de la mañana. Y bueno, llegamos a India, pero no nos dejaron pasar porque era hasta las 12 horas y nosotros llegamos una de la mañana y me regresaron a Singapur. Yo estuve en el aeropuerto de Singapur dos días porque no sabían qué hacer conmigo. Me decían: “Te regresamos a tu país, pero en Perú también habían cerrado todo, o sea, incluso para los peruanos habían cerrado”. Le digo es que es imposible para mi país porque cerraron las puertas en Perú y no puedo ir a India porque cerraron las puertas y estaban viendo otros países y ya para ese entonces era el pique donde todos los países, estaban cerrando y no había nada abierto y me dijeron, no sabemos qué hacer contigo no sabemos dónde enviarte. Para eso llamé a la embajada, al cónsul en Singapur. Muy lindo, muy buena gente, me dijo: “Tranquila, yo te voy a ayudar. Vamos a ver para ponerte un motel o ayudarte. Tranquila, que no estás sola”. Eso me dijo el cónsul muy buena gente. El tema fue en el aeropuerto que migraciones no me querían dejar entrar porque ya Singapur había cerrado también las puertas y estaba en territorio internacional. Entonces era como “ay, Dios mío, qué hago”. Lo primero fue mi empresa la primera preocupación que se me vino a la cabeza era mi trabajo. Llame a mi jefe, llamé a mi coordinador desde recursos humanos y la verdad es que todo ese momento tuve el apoyo de mi empresa. Felizmente, me preguntaron si necesitaba algo, y les dije que ahorita no por parte de ellos, pero pasé dos días en el aeropuerto. Lo bueno es que me dieron almorzar y cenar. El aeropuerto siempre es hermoso, pero nunca pensé llegar a tener esa experiencia ahí, de que viva dos días. Sí me dieron, o sea, me trataron bien en el aeropuerto. Me dieron hasta sleeping para dormir, o sea, me trataron muy bien, incluso cepillo y pasta dental para lavarnos, los dientes dos días dieron. O sea, literal mejor que un hotel creo. Pero el tema era que yo seguía estancada ahí, durmiendo en el aeropuerto, en las sillas dos días, hasta que uno de ellos vino y me dijo: “Sabes que hemos visto que el único país que no tiene restricción todavía es Tailandia. Así es que tu vuelo está y salen en dos horas”. Y yo “madre santa”, porque bueno, sí, había viajado yo a Tailandia dos años antes, había ido a Tailandia. Entonces como que ya más o menos sabía cómo era el contexto, pero era como “y ahora qué voy a hacer en Tailandia”. Qué hago. Me llevan a Tailandia ni bien piso Tailandia busco la Embajada de India y me dijeron: “mira, te queremos ayudar con todo el amor del mundo, pero India cerró las puertas y no hay vuelos para nada, hasta que vengan los vuelos de repatriación y eso va a demorar. Y para eso primero dijeron que iban a priorizar a los indios que están aquí y ya después a los extranjeros y yo no sabía qué hacer. Bueno es que yo no sabía dónde ir. Primero me puse un Airbnb, pero claro es distinto estar un Airbnb de 3 a 4 días, a estar semanas era demasiado caro. Y yo todavía pagaba mi renta del alquiler en India. Estaba “que hago, que hago, que hago”. No le decía nada a mi familia, no le dije por qué desde allá mi hermana, así como yo me quedé atorada en Tailandia ella se quedó atorar en Arequipa. Se fue Arequipa y el gobierno en Perú dijo “vamos a cerrar” y se quedó en Arequipa, pero bueno, ella estuvo con el novio entonces no les quería dar esa preocupación a mi mamá, ya tiene una hija todavía en Arequipa no le voy a dar más por allá, otra más por allá. Fue muy chocante y felizmente yo tengo amigos en todas partes. Tengo buenos amigos en todas partes del mundo y me preguntaban – porque sabían que yo iba a Singapur – como estaba, si ya estaba en India y les conté mi triste historia, y literal me ayudaron bastante. Yo creo que sin mis amigos, yo no hubiera hecho muchas cosas en Tailandia porque llamé primero a la embajada y la embajada me dijo: “Mira no eras la primera peruana que está aquí hay muchos peruanos atorados acá en Tailandia. No tenemos una solución ahorita porque el gobierno no nos da un anuncio de formal, así es que por ahora no podemos ayudarle. Lo único que podemos hacer es comunicarnos con tus familiares y que tú quieres algo. Y yo les dije: “Pero para eso tengo WhatsApp”. Y ya me dijeron: “No podemos ayudarte por el momento”. Pero mis amigos me ayudaron bastante. Cómo fue… Un amigo conocía a otro amigo que conoció a otra persona que estaba en Bangkok y esta persona me podía ayudar. Literal fue así. Tenía amigos que se comunicaban con otros amigos que estaban en Tailandia o que conocían personas en Tailandia, en Bangkok o que estaba en otras ciudades que conocían alguien que estaba en Bangkok, que me podía ayudar. Entonces muchas veces mis amigos me decían llama a esta persona yo y yo les preguntaba si les decía que era parte de ellos y me decían: “No porque ni siquiera yo lo conozco esto me pasó una persona que le pasó a un amigo mío”. Literal así he estado buscando y tuve muchos, yo digo muchos angelitos, porque me encontré varios angelitos hoy un angelito peruano que estaba trabajando ahí que me dijo: “No tengas miedo, no tengas vergüenza de pedir algo que necesitas”, porque muchas veces uno tiene vergüenza de decir algo, de pedir algo que necesitas y ahorita estamos en la pandemia y te pasó esto y no es malo pedir”. Claro, y me ayudaron bastante, o sea, personas que jamás les había visto en la vida, que ni siquiera son amigos de mis amigos, sino que son amigos de conocidos, que son referidos por mis amigos me ayudaron bastante un montón, me dieron comida. Hay algunos que me dieron dinero para poder estar en Tailandia, en Bangkok. Ya después al mes, porque esto tuvo su tiempo y yo al mes llamé a la embajada porque estaba desesperada, preguntándole que si han tenido alguna noticia, si hay vuelos o si sabían si las puertas se van a abrir. Y me dijeron que no, que no había nada, pero que esta vez sí me podían ayudar, que venga a tal lugar. Me ayudaron mucho con el hospedaje, conocí otros peruanos que también están estancados. Fue una situación muy fuerte que yo he vivido. O sea, yo he visto situaciones fuertes en Bangkok, que había boxeadores representando a Perú que habían ido a Tailandia a luchar, pero con la pandemia ya no pudieron regresar y estaban durmiendo en el gimnasio, ya sea en el piso o en un gimnasio. El cónsul me dijo: “Yo te entiendo, pero ahorita mi prioridad son los menores de edad”. Me dijo que habían ido unos menores de edad para un intercambio, un voluntariado y se quedaron en Tailandia, y de todos ellos, que eran cuatro solamente, había un dinero para solventar un vuelo de reparación, que aquella vez un vuelo de reparación. Y todo el mundo me dice “ay, pero el gobierno te hace la repetición”. El vuelo lo hace el gobierno sí, o sea, los papeles si los hace el gobierno, pero el vuelo el costo del vuelo, uno se costea, no es que es vuelo gratis. Es cada uno. Y el vuelo de repatriación era 3000 dólares aquella vez porque no era directo si no tenía que ir a Australia y volver a India y era 3000 dólares. O sea y de eso solamente de los menores de edad solamente un familiar podía reunir ese dinero de tres mil dólares, pero para y los demás no. Entonces el gobierno tuvo que sacar de donde, al final los menores estuvieron con una señora y después de un tiempo ya regresaron a Perú, pero era así. O sea, era pueden viajar, pero el vuelo de repatriación está dos mil dólares 2.500. Entonces los peruanos han tenido que esperar a que los vuelos bajen el precio mientras tanto estaban ahí. Entonces yo me quedé. Me quedé tres meses en Tailandia.

Ana: Wow, justo eso te iba a preguntar. 

Carolina: Sí, tres meses. Yo dije que no creo que dure una semana, no me puedo quedar más de dos semanas, pero fueron tres meses – ya casi estaba a punto de que mi residencia – estando así con la ayuda de la embajada, con la ayuda de mis amigos. Y no me fui a Perú, fui a India. Yo me fui en un vuelo de reparación de India.

Ana: Claro, obviamente, tenías que regresar donde está tu trabajo, donde está tu casa y todo. No tenía sentido volver a Perú.

Carolina: Sí me fui a India y algo que yo valoro mucho de Perú es que, o sea hay cosas malas, pero algo que… Ah y para esto – mira como todo se relaciona –  porque llegó un momento donde el cónsul allá nos dijo: Chicos, ya no les voy a poder ayudar. Solamente les voy a ayudar una semana más, porque los casos en Perú están subiendo y el gobierno está tomando del dinero para ayudar a los peruanos en el extranjero, para construir más cama, para construir más cosas, dando prioridad a los que están en Perú. Entonces ya no les voy a poder ayudar, tienen que ver de qué manera pueden ustedes juntar para su vuelo de repatriación o quizás alguien que les pueda ayudar en Bangkok porque ya el gobierno nos dijo que solamente nos van a dar dinero una semana más”. Entonces a las finales me fui a India otra vez y ya, o sea, ese fue mi historia de Tailandia fue así increíble increíble. 

Ana: Gracias por contarnos esto y quiero aprovechar este momento para lo que nos escuchan, que entendamos que el COVID no ha terminado aún. Que hay países que han avanzado un poco más en el tema de vacunación de prevención, pero es importante, así tu país no lo necesite, si estás en un lugar que está reventando de gente, sea un bus, sea un evento, sea una reunión a la que fuiste, pónganse la mascarilla. Sigamos lavándonos las manos, usando el gel y todo porque todavía, pues estamos… Hay muchas personas que todavía lamentablemente no tienen acceso a la vacuna, entonces también si conoces a algún familiar que dice que no se quiere vacunar, le tapas los ojos y lo llevas a la vacuna. Y se acabó, este es un secuestro permitido, que está aceptado globalmente 

Ana: Carolina, muchísimas gracias por estar con nosotros el día de hoy aquí en Granadilla Podcast y que la siga rompiendo.

Carolina: Muchas gracias a ti. Gracias por la oportunidad, que me diste. Ya me he encontrado y sé que debo continuar.

Estamos por llegar a las 100 peruanas rompiéndola en el extranjero. Cuéntame en los comentarios, qué has aprendido de todas estas historias, qué lecciones te han dejado sus experiencias.