Ana: ¿Qué es lo primero que se te viene a la cabeza cuando te digo “Perú”?
Pamela: El país donde nací, crecí, donde está mi corazón
Ana: ¿Qué es lo primero que se te viene a la cabeza cuando te digo “Sudáfrica”?
Pamela: Aventura
Ana: ¿Qué es lo primero que se te viene a la cabeza cuando te digo “Naturaleza”?
Pamela: mi trabajo y paz mental
Ana: ¿Qué es lo primero que se te viene a la cabeza cuando te digo “niñez”?
Pamela: familia extendida, felicidad, almuerzos en la casa de la abuela
Ana: ¿Qué es lo primero que se te viene a la cabeza cuando te digo “migración”?
Pamela: un capítulo nuevo y retos.
Se graduó de antropóloga en el 2009 y siempre estuvo fascinada por la naturaleza y la cultura peruana. Vivió entre Cuzco y Puno por su tesis y trabajo entre el 2009 y 2011. Este último año viajó a Sudáfrica con su esposo y visitó también Botsuana, Tanzania y Sambia, entre el 2012 y 2015 vuelve a vivir en el Perú, en este tiempo tiene su primer hijo y fundan “Mamachas”. En el 2015, deciden como familia mudarse a Ciudad del Cabo en Sudáfrica. Al año siguiente, comienza un voluntariado en un programa de educación en una granja urbana y tiene a su segundo hijo. En el 2018 se va a Inglaterra a seguir una especialidad como forest school practitioner y funda mayor National place for the full en Sudáfrica. Hoy hablamos con Pamela.
Canciones de fondo: ndaya – m’pongo love / joy – the soil / princesita huanca – Jean Pierre Magnet
Entrevista
Ana: Hola, Pamela, bienvenida Granadilla Podcast, ¿cómo estás?
Andrea: Hola Ana, muchísimas gracias por invitarme, estoy muy bien ¿cómo estás tú?
Pregunta 01 – 02:03
Ana: bien, bien, gracias por estar aquí en Granadilla Podcast y bueno, quisiera comenzar hablando un poco de tu carrera como antropóloga, tu amor por la naturaleza, por la cultura peruana. ¿Cómo se forma esto, cómo lo has ido manejando a través de los años?
Pamela: Creo que siempre tuve un interés muy grande por las personas, por su cultura, las diferencias, por explorar un poquito más allá de lo que tenemos alrededor, por no quedarse solamente con lo que está al lado tuyo, entender culturas, formas de expresarnos, experiencias culturales, expresiones culturales, en realidad y siempre me encantó viajar y creo que lo que formo mucho este interés es que desde chica, mis papás, mi mamá y mi papá nos incentivaba mucho a viajar, especialmente a la sierra, nos íbamos a Cajamarca, Huaraz, Huancayo, Arequipa y siempre en carro, entonces recuerdo esos viajes como experiencias, así como que te cambiaban y regresaba de cuenta y habías visto y explorado una ciudad nueva o un pueblito nuevo con muchas personas diferentes, me interesaba mucho entender esas otras formas, un día nos fuimos hasta Chile manejando me acuerdo, cuando éramos chicos y esas montañas, esos paisajes y esas experiencias creo que me marcaron, ahí va la naturaleza y creo que ahí van las 2 pasiones, un poco la parte cultural y un poco la parte de la naturaleza
Pregunta 02 – 03:33
Ana: Excelente, bueno, ya lleva 7 años viviendo en Sudáfrica, estás casada con un sudafricano, has tenido toda esa experiencia cultural y ya con 7 años uno puede hacer definitivamente una comparación, y poner en la mesa por ahí algunas similitudes entre la cultura sudafricana y la cultura peruana, y definitivamente, hay diferencias también entonces me gustaría que nos cuentes un poquito
Pamela: A ver, pregunta difícil, pero si lo vas como que desmembrando, hay un montón de cosas, por ejemplo, yo hubiera pensado que hay más diferencias que similitudes, pero en realidad es todo lo contrario, hay muchas similitudes y voy a hablar más de Lima y la Ciudad del Cabo, porque en realidad, ambos países tienen como que muchas diversidades, no podemos hablar de Lima y compararlo con Perú, entonces voy a hablar de Lima y Ciudad del Cabo, que son los que más conozco y en donde yo he estado más tiempo y bueno, a ver, por ejemplo, el hecho de que ambos son países Colonia y que tenemos muchas, muchas culturas, mucha diversidad cultural, nos hace similares, ambos, o sea tanto Sudáfrica como Perú somos multiculturales y así como un día como Arguedas decía de todas las sangres, lo mismo pasa en Sudáfrica hay miles, hay 11 lenguas oficiales en Sudáfrica, a diferencia de en Perú, que solo tenemos 3, me parece, Aimara, Quechua y Castellano, en Sudáfrica hay 11 lenguas, entonces imagínate esa diversidad, y cada uno viene con su comida, con su música, entonces es riquísimo ese lado cultural en Sudáfrica, ambos son también culturas que no la tienen fácil, o sea, el día a día es difícil, pero eso genera, yo creo, una resiliencia en las personas y a la vez una alegría, disfrutas el día, no sabes qué va a pasar mañana, la gente vive en el día y mucha alegría, son culturas alegres, al fin y al cabo, son culturas donde nos hablamos en la calle, o sea, tú te encuentras con alguien en la calle que no conoces y puedes hablar, en otros países, creo yo, no sé, no ocurre esto, que hablas con el desconocido en la cola, haciendo una cola, que sé yo, en el banco, y te ríes entonces, eso es muy bonito, a mí me gusta mucho esa alegría y creo que sí nos marca mucho, después el tema de la comida, también la música, a pesar de que la música y la comida puede ser muy diferente, pero en la importancia que le damos como cultura es la misma, es muy fuerte, nos rige, todo gira en torno a la comida, no hay un evento social sin música, va por ahí, esas son muchas de las de las similitudes que le encuentro
Ana: Y ¿hay diferencias, qué diferencias has encontrado?
Pamela: A ver, una de las diferencias que resalta más, es chistoso este tema porque es el tema del manejo, o sea de la cultura del manejo, aquí es muy ordenado, muy organizado, la gente sabe lo que se debe hacer y lo que no se debe hacer y a nadie se le ocurre no hacer lo que no se debe hacer, o sea, a nadie se le ocurre romper la regla, entonces si tú manejas como que a la defensiva, como se maneja un poco en Perú, en general o en Lima, te van a chocar porque nadie está esperando que nadie adelante o que le metas el carro, que el que está en el carril izquierdo doble por la derecha, ¿Me entiendes?, esas cosas no pasan, en Lima es al contrario, si tú no tienes una posición superconsciente, de que estás esté al tanto de todo, muy consciente de que te pueden meter carros, te van a chocar también porque tiene que estar alerta, acá la gente maneja tranquila, despacio, hay muchas montañas, entonces el manejo es muy con mucha vista, o sea, mucho paisaje alrededor, pero es tranquilo, nadie está apurado, nadie te mete el carro, entonces eso también, yo sí lo disfruto, cuando vuelvo a Perú, a veces me cuesta un poquito, es como que “Ah, otra vez”, sí, así es, pero eso sería un aspecto increíble a mejorar, la cultura del manejo
Ana: Totalmente de acuerdo con Pamela, episodios atrás hablamos entre Bolivia con Perú Mira que en Perú, y en Bolivia también manejan tranquilos, respetan, mientras que en Perú es “mete el carro”, y ahí sobrevive el más vivo, el más atento, yo tuve que venir a Israel para sacar mi brevete porque Perú yo no tenía, tengo miedo manejar en Perú porque siento que me va a llevar el carro de encuentro y voy a terminar dando vueltas campanas por algún lado y acá en Israel la gente se queja de la gente que maneja en Israel y les digo “vayan a manejar un día no más, para que vea que acá manejan como santos”, la gente se queja, os que manejan acá vayan, ni siquiera a Perú, a Sudamérica por un par de días y verán cómo está el manejo allá, y qué bueno que en Sudáfrica también sepan manejar, entonces nos iremos a Sudáfrica después
Pregunta 03 – 08:42
Ana: Y bueno, siguiendo en el tiempo un poquito, quería que me cuentes acerca de tu proyecto “Mamachas”
Pamela: Sí, Mamachas fue un proyecto que nació en el 2012, más o menos, que venía de un interés por las plantas, por volver un poquito más verde Lima, en particular Lima, porque yo estaba viviendo en ese momento en Lima y claro, el espacio es reducido, es difícil acceder a un espacio amplio o tener una casa, la mayoría vivimos en departamento pequeño y entonces hace falta el verde porque nos hemos olvidado, para mí, como yo entiendo la vida tiene también naturaleza, somos naturaleza, entonces vivimos en ciudades grandes, congestionadas, pero todavía se puede meter el factor naturaleza ahí, pero bueno, entonces un poco Mamachas iba por ahí, iba a volver una ciudad o recuperar el verde, meterlo a la casa y así vivamos en espacios pequeños, hay forma de hacerlo, pero ¿cómo lo hacemos?, tenemos que un poco, enseñar al público a cuidar plantas, porque no sabemos, no hemos aprendido a ser jardineros, no hemos aprendido a crecer plantas o crecer nuestra propia comida, incluso, así sea hierbitas, así sea tu orégano, ají y cosas básicas, y creo que cada vez hay más, crecer tus propios tomates en tu casa y bueno, entonces Mamachas era un proyecto donde diseñábamos macetas, yo lo trabajé con una muy buena amiga mía, que es diseñadora y ella diseñaba ciertas macetas y las adaptábamos al tipo de planta, ya sean suculentas y cactus, que son las plantas más resistentes para los nuevos, que no se animan todavía tener una planta que requiere más cuidado o ya sea que te lanzabas a tener una, le llamábamos hierbatero, era una caja de madera muy linda que venía como con compartimientos, y en cada compartimiento podía sembrar. Nosotros le entregamos con todo sembrado y con instrucciones de cuidado de hierbas, entonces venías, tú escogías las hierbas que más usabas en tu casa, era empezar una relación con las plantas, en realidad, el concepto de fondo era, no le tengas miedo a las plantas, en cualquier lugar, buscamos un poquito de ventana, un poquito de luz, y podemos crecer plantas y eso fue Mamachas por unos años en Perú
Ana: Qué interesante, todas mis relaciones con las plantas han sido relaciones fallidas, hoy yo tengo y puedes ver acá, tengo esa planta aquí al costado, sí nos escuchan en el episodio no lo puede ver, pero tengo esta que se llama, no me acuerdo, mi suegra me la regalo, tengo una planta acá atrás, pero todas estas plantas son de mi esposo, porque le encantan las plantas, entonces él las compras y yo las adoptó, les doy esta refugio en mi oficina, pero él es el encargado que se mantengan con vida
Pamela: Está linda
Ana: Sí, sí, es enorme, está desde la otra pared, o sea, tiene sus 4, 5 m de largo y sigue creciendo, entonces seguimos alargándole, pero es mi esposo, yo no tengo paciencia, a mi se me mueren hasta las suculentas, tengo un cactus en mi oficina, en el trabajo que toda la vida me olvido de darle agua, cada 2 o 3 semanas digo “la plantita”, y tengo que llevarla al cañito a darle agüita porque, sino me olvido, todas las plantas que hay en mi casa son de mi esposo, él las mantiene con vida y lo que mencionabas, en el balcón nosotros tenemos orégano, tenemos fresas, estamos creciendo fresas, algo que no ocupa mucho espacio y sí, obviamente no estamos haciendo fresas como para hacer jugo de fresas para toda la familia, pero al ver tu producto tu frutita que está ahí, que la puedes consumir de tu balcón, es otra experiencia que ir a la tienda y comprar, entonces los que nos escuchan, cuéntenos a ver si por ahí tienen sus propios maceteros en casa y si siguen vivas sus plantitas. Pero muy interesante el proyecto, es muy importante las áreas verdes, aun en departamentos, en las junglas de la ciudad, la jungla de cemento es muy importante tener verde y me encanta mucho Mamachas
Pregunta 04- 12:52
Ana: Y bueno, luego te fuiste a Inglaterra ya viviendo en Sudáfrica, te fuiste para Inglaterra para estudiar cómo ser un forest school practitioner, cuéntanos de qué trata eso, ¿Qué es, como se come y cómo fue estudiar en Inglaterra?
Pamela: A ver, el curso, o sea, para mí lo que pasó fue que yo buscaba durante un buen tiempo, quería seguir estudiando y quería algo que conecte mis 2 los intereses, que eran los niños, porque ya venía un tiempo trabajando con niños y la naturaleza, entonces en el forest school encontré eso, esa unión, como que de estos 2 conceptos y, una educación un poco más ambientalista, pero sin ser muy científica, sino más ligado al juego y a la libertad y a la expresión en espacios abiertos, lo encontré porque el lugar donde yo estaba trabajando, una amiga que era inglesa, yo era voluntaria, y ella también, y ella me introdujo este concepto de forest, que yo no lo conocía y fue como “esto es exactamente lo que estaba buscando”, y bueno, después de un tiempo lo logré, me pude ir, me fui, era un curso que está estructurado para que alguien vaya, se entrene una semana, regresas o te quedas si vives ahí, pero en mi caso regresé a Sudáfrica y durante 1 año me entrené a la distancia y llevando acá unos grupos aquí de forest school y luego regresé después de 1 año para hacer una semana de pruebas, digamos que para cerrar el año, y el curso se trata básicamente de aprender a ser o sea, te enseñan a ser un facilitador de forest school, que implica ciertas metodologías de juego libre, de naturaleza, mucha parte de ambientalismo, mucha parte de conexión, eres un facilitador más que un profesor, porque justamente no se trata de que tú llegas con un currículum a enseñar, si no se trata de que vas a desarrollar habilidades de observación, intuitivas y luego vas a proveer las herramientas que el niño necesita según las etapas de desarrollo que existen en los niños y vas a facilitar en diferente forma, es un camino larguísimo de formación, muy bonito, la verdad, y bueno, desde que regrese en el 2018, que fue la formación, empecé primero en chiquito, llevando a grupos de niños de más o menos 6 niños, entre 3 y 6 años, al bosque a jugar, a explorar, aprender en la naturaleza y poco a poco fuimos desarrollando y creciendo y ahora somos bastantes, somos como 7 personas, tenemos como 7 Grupos que nos juntamos en el bosque todos los días para hacer esto
Pregunta 05- 15:58
Ana: Esto me lleva a preguntarte, justamente que adelantaste un poco de Nature plays forest school, ¿Cómo nacen, qué estás haciendo ahora?, porque me parece muy interesante lo que me dicen, justamente el combinar la naturaleza con los niños, porque hoy por hoy, pues volviendo a lo que hablamos hace un ratito, la jungla de cemento en la que vivimos, el niño después no sabe qué hacer afuera, y algo, por ejemplo, que a mí me encanta de la cultura israelí, es que los niños desde chiquitos, por ejemplo, van con los papás a parques nacionales, y tú los ves trepándose al cerro, dices “el niño se va a matar” porque corre y sube y baja, pero ellos están como Tarzán en la selva, súper felices, y yo estoy ahí agarrándome de la pared para no caerme en la bajadita y el niño está “ahí te voy, jerónimo”, y se tiran y todo y están en su casa, pero porque desde chiquititos, desde bebés tú los ves a los papás con los cochecitos en la naturaleza, en los parques nacionales y todo, por eso me parece muy interesante y me gustaría que nos cuentes un poco más de Natural plays forest school
Pamela: De hecho, si nosotros permitimos a los niños ir a ese nivel, como que a veces esa línea como que de peligro, como puede que no, esa línea roja, ellos aprenden a cuidarse de sí mismos mucho más, que si siempre van a estar al lado con un padre o una madre o un cuidador que les diga “no puedes subir acá, es muy alto, eso no, te puedes caer”, ese niño entonces no sabe regularse a sí mismo, no sabe qué es peligroso y que no, entonces en Nature Plays, justamente enseñamos eso, bueno ¿Cómo empieza Nature Plays?, empieza en realidad, por esta necesidad, Sudáfrica o la ciudad del Cabo, tiene muchas áreas verdes y muy lindos, la naturaleza juega un rol importantísimo en la ciudad, hay áreas verdes por todas partes, hay parques naturales por todas partes, por todo el país, en realidad, y puedes acampar, hay cabañas donde uno puede dormir, entonces vivimos alrededor de la naturaleza, sin embargo, también no hay que olvidarse que es Sudáfrica, hay un tema de peligro y violencia también, que está alrededor, entonces los niños se acercan como que con cuidado, los papás no los dejan ir libres y solos en cualquier momento, entonces en Forest plays lo que hacemos es un poco llevar a esos niños constantemente, 1, 2, 3 veces a la semana a jugar en el bosque, a que trepen árboles, a que aprendan de los animales que están, insectos y animales que viven alrededor de los árboles, o sea, flora y fauna, también a desarrollar habilidades blandas, por ejemplo, la resiliencia, la colaboración y el trabajo en equipo, la creatividad, la resolución de problemas, estas habilidades que a veces, no voy a generalizar, pero muchos colegios se olvidan porque le prestan mucha atención al lado académico y no necesariamente a este lado de habilidades, entonces en Forest school tenemos este privilegio de que no voy a reemplazar un colegio, a mí me encanta que los niños tengan vayan a su colegio, porque nosotros no seguimos un currículo para reemplazar a un colegio, sino que más bien somos un aporte, lo que aquello que colegio o que la familia no está proveyendo por falta el tiempo, que no tiene el tiempo de ir y llevar a su niño a jugar a la naturaleza libremente, nosotros ahí entramos y trabajamos este tipo de habilidades y conectamos a los niños, y sabemos, porque hay mucha investigación que se ha hecho, que el bosque y la naturaleza es un espacio que calma, que tranquiliza o sea, hay muchos estudios, especialmente los japoneses lo han hecho, lo llaman Forest Beijing o Shinriyaku, el nombre en japonés, no sé la traducción en castellano, pero se puede buscar así, y es esta especie de terapia donde la persona simplemente va a ser inmersa en el bosque, en inglés se dice immerse, como que a caminar en el bosque, a fluir por ahí, sin necesidad de que, no estás haciendo una caminata de montaña apurada está yendo a bajar, conectarte, a abrir tus sentidos, explorar el bosque, a calmarte, y ahí es cuando los japoneses han entrado con su lado científico, han tomado las medidas de estas hormonas como la hormona del estrés, el ritmo cardiaco y se dan cuenta, como todo baja y las personas son más saludables, entonces hay muchos países ahora en donde te mandan y el doctor te puede recetar tiempo en la naturaleza, que es increíble, porque es tan sencillo como que podemos curar depresiones y estrés, exponiéndonos más a la naturaleza, ahora no digo que es medicina y que hay que reemplaza todos, simplemente un poquito más de exposición, hay ciertos casos que necesitan medicina y qué sé yo, pero si todos volviéramos un poquito más a ese espacio natural, creo yo que podríamos vivir una vida más tranquila, más sana, menos apurada y más relajados, entonces de eso se trata, y todo lo que ya expliqué antes, de las habilidades y es divertido, se trata de divertirnos, las cosas que hacemos en Forest son muy creativas y si de pronto vemos que viene una nube y “Uy puede empezar a llover”, bueno, creemos, hagamos, construyamos una guarida, agarramos palitos y troncos y hay que cargarlos, entonces ves a 3 niños cargando un tronco, ves a otros niños agarrando un papel y diseñando cómo quieren diseñar su casita, su guarida, donde va a estar la puerta y “no, pero el viento viene de allá, no hay que poner acá una pared”, entonces toda esta comunicación y este planeamiento y resiliencia, al aire libre, no es que me meto y me tapo con una colchita, no existe, luego preparamos nuestra propia comida, nos dio frío, preparamos un chocolate caliente o un té de hierbas, entonces es bien empoderador para los niños
Ana: Sí, y me gustó mucho lo que dices de qué aun si el médico no se lo receta, yo creo que es importante que todos tengamos un paseíto en la naturaleza de vez en cuando, para agarrar un poquito de también de vitamina D del solcito, una de las vitaminas viene del sol, entonces una de esas vitaminas y lo que mencionabas de las habilidades blandas y la capacidad de resiliencia, porque uno están en medio de la nada y qué haces si tienes frío, si tienes hambre, si tienes sueño, entonces es muy interesante lo que está haciendo Pamela y te agradezco por estar con nosotras el día de hoy, aquí en Granadilla Podcast y que la sigas rompiendo en Sudáfrica
Pamela: Gracias, Ana, qué linda
Pamela ha creado este hermoso espacio para que los niños conecten entre sí y con la naturaleza. ¿Cuál es tu recuerdo favorito del Colegio? Cuéntame en los comentarios