En este episodio conversamos con Patty quien hoy vive en Holanda.
Desde pequeña soñaba con llegar lejos en sus estudios y que con su trabajo pudiera hacer un mundo mejor para las personas más vulnerables. Estudió economía en Lima, una maestría en economía también en París y en este mismo país una segunda maestría en economía del desarrollo sostenible.
Le encanta bailar, ver películas, leer, jugar tenis, pero, sobre todo, viajar y descubrir nuevos lugares. Hace dos años y medio vive en la provincia de Rotterdam, donde trabaja en un banco holandés en el área de riesgos. En el 2016 conoció al amor de su vida durante un viaje de cincuenta días por Italia. Intenta viajar tres veces al año a Perú para mantener su salud emocional alta y también para comer rico. Hoy hablamos con Patty.
Canciones de fondo: El ritmo de mi corazón de Gian Marco ft. Grupo 5 / Vida de rico de Camilo / De vuelta pa la vuelta de Marc Anthony ft. Daddy Yankee / Just the way you are de Bruno Mars / Esta vida de Jorge Celedón
Entrevista
Ana: Hola, Patty. Bienvenida a Granadilla Podcast ¿cómo estás?
Patty: Hola, Ana Lucía. Muy bien, muy bien y tú ¿cómo estás?
Ana: Bien, feliz de tenerte aquí en el programa, agradecida porque hayas decidido ser parte de Granadilla Podcast y me gustaría comenzar preguntándote ¿cómo ha sido tu tiempo entre Holanda y Francia? Sé que hay muchas similitudes y diferencias entre estos países, me gustaría que me cuentes al respecto?
Patty: Sí claro. Bueno hay bastantes similitudes, los dos son países como se dice desarrollados, coloquialmente hablando, sí, sí y los dos tienen una cultura bastante distinta a la nuestra; sin embargo, yo siento que en Francia, al menos yo estuve viviendo en París, sentí que la cultura era un poquito más cercana a la nuestra, en Holanda es un poco más frío, Países bajos, perdón, técnicamente hablando, es la cultura es un poco más fría, la gente es mucho más independiente, sí eso lo sentí como una… como una diferencia digamos, entre estos dos países, pero en Holanda la parte positiva y que es diferente a París es que es mucho más, respetan mucho más las normas, algunas normas. Ahora en el Covid se volvieron locos y no respetaron nada, pero no sé el tráfico por ejemplo, tú ves las líneas y realmente las respetan, no como en Lima que están pintadas y en París también la verdad, bastante, estás al borde de la muerte cada vez que cruzas la calle, esa sería una diferencia. Después, bueno París es una ciudad mucho más cultural, mucho más movida, hay mucho más intercambio cultural, actividades. En Holanda, en las ciudades en las que yo he vivido, bueno bastante rural, full vaquitas, full bicicletas y ahora en una ciudad cerca a Rotterdam, es una de las ciudades más importantes de Holanda, pero así y todo, no es lo mismo que París. París es mucho más movido, mucho más loco, no sé, me gusta mucho más, en ese sentido. Ah, pero una similitud es que a los dos países… yo siento, a la gente de los dos países les gusta mucho la cultura latinoamericana, he sentido bastante… como bastante interés, en saber cómo lo que comemos, cómo bailamos, nuestra música, les gusta mucho y los dos, a los dos países les encanta el alcohol, en Francia bastante el vino, bueno la cerveza también y en Holanda la «chela», full cerveza, toman bastante y aguantan bastante, esas serían similitudes y diferencias que yo veo.
Ana: Qué interesante. Bueno, lo que decías de las líneas peatonales acá también en Israel es parecido a allá, tú como peatón pones un pie en la línea peatonal y todos paran, y yo la primera vez que vi eso fue como que ¿qué?, porque alguien cruzó y dije: “Oye qué te pasa, te van a matar”, a lo Perú, “Te van a matar”, y me dijeron “No, acá la ley está de nuestro lado y todos paran”, y yo: ¿Qué hablas? o sea me sentí poderosa, dije “Este es un universo alterno”.
Patty: Excelente.
Ana: Sí, claro. Es una cosa diferente, o sea sentirte segura, de cruzar la pista y que no te van a llevar de encuentro. Es otra sensación definitivamente y creo que Israel comparte con Holanda lo de la «chela» porque acá también corre bastante, así que comparten eso en común.
Patty: Excelente, estamos en buenos países entonces.
Ana: Estamos en buenos países. Sí, hemos caído bien, hemos caído bien. Ahora hablando un poquito de Holanda, yo sé que llegaste primero ahí por un tema de visa de trabajo ¿no es cierto?, ¿cómo fue ese proceso?, porque de pronto hay gente que quiere emigrar a Holanda y no cuenta, pues no, con la ciudadanía o qué sé yo, pero hay maneras, ¿cómo fue ese proceso?
Patty: Sí, sí. La verdad fue algo nuevo para mí así que es bueno compartirlo también, no está muy difundido, Holanda ofrece después que termines la maestría en Holanda, te ofrece una visa de un año, para que puedas buscar trabajo, libremente en el país o si no has estudiado en Holanda, si has estudiado en una de las top algo, cien, doscientos no me acuerdo, universidades del mundo, como universidad o como facultad. O sea, por ejemplo, yo estudié una maestría en economía, si la facultad de economía cae dentro de los primeros cien del mundo o doscientos no me acuerdo, te dan también el mismo derecho de acceder a esa visa. Entonces yo apliqué a esa visa desde Lima, yo había ido a Lima a terminar mi tesis y apliqué a esa visa. Fue un proceso engorroso, sí, pero un poco más lo frustrante, digámoslo así, porque el proceso yo estaba en Lima, con mis papás en mi país, etc. Cuando una vez que llegué aquí lo que fue un poco más frustrante es que no fue tan fácil conseguir trabajo como parecía, parecía esa visa que era la entrada ya a tener el trabajo, pero no, me costó varios meses, unos seis meses, ¿por qué? Porque las empresas piden, pedían mucho holandés, un nivel bueno de holandés uno, y dos, porque las empresas tenían un poco de… como de cuidado al contratar a personas con este tipo de visa, porque una vez que se termina el período de duración de tu visa, ellos tienen que preguntar a migraciones por dejarte con ellos en la empresa y es un proceso bastante engorroso porque tienen que pagar un montón de plata, un montón de plata por ti y para darte una visa de trabajo ligada a ellos, o sea tú estás, tú dependes de ellos. Entonces es un compromiso grande para ellos. Eso fue lo que digamos, lo que me reventó un poquito el globo, porque yo dije: ya con esa visa, con mi maestría, todo ya no ya, pero no, no fue tan fácil, la verdad. Fue posible, pero no fue lo más fácil del mundo.
Ana: Claro, ha sido un proceso. Definitivamente, no creo que exista una visa en el mundo que no sea engorrosa, ¿no es cierto?, porque entre los papeleos.
Patty: Exacto.
Ana: Y que tiene que estar autentificado.
Patty: Nos la hacen difícil.
Ana: Y el sello de La Haya. Yo aquí, yo tengo pesadillas con los papeleos ya, yo soy, a mí me preguntan y yo ya lo sé al revés y al derecho, así funciona, así funciona.
Patty: El apostillado de La Haya…
Ana: El apostillado bendito, que si no tiene apostillado lo mismo que nada y tú con tu papel ahí en la mano y no, no importa, o sea por más verídico que se vea tu papel. Si no tiene el sello de La Haya lo mismo que nada que lo hayas traído.
Patty: Correcto.
Ana: Entonces, es todo un proceso, ¿no cierto? Y yo sé que hoy ya tú trabajas ahí y a veces una piensa que, hay muchas personas que piensan: «Ay, estás en el primer mundo», o sea todo en Europa. Entonces todo es hermoso, en el trabajo todos se quieren, se aman, ¿no cierto? Todo es lindo, todo es de Disney, todo es romántico, pero hay una diferencia cultural entre el espacio laboral peruano y el espacio laboral holandés. Entonces me gustaría que me cuentes un poco eso, porque de pronto alguien que nos escucha ya tiene una oferta laboral en Holanda y dice: “Me voy” pero ¿qué le espera cuando llegue?, es lo que me gustaría saber.
Patty: Bueno, respecto al choque cultural en Holanda, o sea, te voy a hablar un poquito de París y de Holanda, porque en París estudié y en Holanda estoy trabajando. En París fue fuerte el choque cultural porque es una cultura distinta, hace mucho frío, comparado a Perú y con frío, lluvia, viento, nieve, marea tienes que salir e igual seguir con tu vida no, pero, sin embargo, yo estuve en una comunidad internacional, incluso los franceses eran parte de y esos franceses tenían la mentalidad muy abierta, muy… de mucha recepción. Entonces fue mucho más fácil. Aprendí a querer mucho esa ciudad, renegaba, la odiaba a veces, pero como que me sentí parte de; sin embargo, en Holanda la historia fue distinta, ¿por qué? Porque yo llegué solamente con mi esposo a trabajar acá, no conocía mucha gente. Entonces no tuve la oportunidad de formar esa comunidad internacional, solamente enfrentarme a Holanda y a los holandeses y sentí, he sentido la cultura más, más real, digámoslo así, y la cultura es distinta en el sentido de que es más fría, la gente es mucho más directa, o sea sino le… si tú cocinas algo dos horas, tres horas, invitas a la gente a comer y no les gustó y les preguntas: «Oe ¿te gustó?” te van a decir que no, si no les gustó, o sea porque les estás preguntando, son educados y no te lo van a decir de frente como que «Oe no me gustó» pero si les preguntas van a ser sinceros, lo cual aprendí, al comienzo me chocó mucho, pero lo he aprendido a valorar porque está bien en realidad. O sea ser sincera porque tal vez si te dicen: “Te gustó…” a la siguiente le preparas lo mismo y no llegas a nada no, nadie sale ganando, pero es distinto en Perú, son muy directos en todo, o sea te van a decir las cosas así tajante y directamente, en el trabajo lo siento bastante también. Nosotros somos mucho más de adornar las cosas, maquillar, si alguien no está haciéndolo bien o algo, como que «Oye… sí… que mira… no» te lo van a decir bien bonito y al final va a pasar un mes y probablemente te puedan despedir, porque no fueron sinceros contigo, pero acá te dicen las cosas como son, desde un comienzo y eso es algo que aprecio bastante, pero fue chocante de todas maneras. Otra cosa es que yo siento que Holanda a comparación de París, bueno te hablo de París porque yo no he vivido en otros lugares de Francia. Digamos que no son tan, tan, receptivos con los inmigrantes, o sea, son amables porque son muy educados, son amables, pero no es algo que les guste mucho, o sea como que te ven: «Hola, ¿qué tal?», te respetan, te hablan bien, pero es como que te invito a mi fiesta, pero no te invito a bailar, o sea como que no te hacen formar parte de su grupo-grupo , de la actividad, de la fiesta, del chongo, sino que te invitan por cordialidad que estés ahí, eso lo siento ah, pero bueno, es parte de, y además como que no les gusta mucho que no hables su idioma, a pesar de que es un idioma recontra raro y que solamente hablan acá y en algunas conquistas que tuvieron en Caribe, como que yo he tenido compañeros de trabajo que jóvenes, o sea ni siquiera es que sea persona mayor de otra generación, que me han comentado, que no les parece que algunos letreros se pongan en inglés y en holandés. Debería ser todo holandés porque si estás en Holanda debes saber holandés, o sea y en realidad es un idioma bien difícil como para aprenderlo en unos meses que llegaste como que «Ay, ya… hablo holandés», o sea te va a tomar unos años, a no ser que le dediques bueno, veinticuatro-siete, pero obviamente si llegas acá y estás estudiando, trabajando o haciendo algo por lo general. Entonces no es fácil, me he dado cuenta de eso, son muy… como que no les gusta tanto, es una cultura muy respetuosa, con los inmigrantes siento que son, tratan de ser respetuosos y sí, eso es bonito, es más o menos el choque cultural que he percibido.
Ana: Muy interesante lo que mencionas de ser directo, porque de todas maneras es algo que en la cultura israelí también hay, hace poco me llamaron para una entrevista de trabajo y me hablaron en hebreo. Entonces mi hebreo es como que te puedo pedir comida, puedo pedir algo, pero no puedo…, o sea entender.
Patty: Guau, ¿puedes hacer eso?
Ana: Sí, entonces me llaman y me hablan en hebreo, y le digo: “Bueno me puedes decir en inglés lo que has dicho por qué nada que te entendí” y me dijo: “Ah no hablas hebreo”, y yo: “No, mi CV dice que mi hebreo es básico”, o sea básico nivel te puedo comprar frutas, pero no te voy a resolver el problema de matemáticas acá, y me dijo: “Entonces no eres relevante para este trabajo” y así en una, me lo dijeron tan cortante que a mí me dolió, y yo: “Oye, pero entonces para qué me llamas si mi CV dice básico y quieres a alguien de avanzado”.
Patty: Nooo…
Ana: Y me puse a contarle a mi esposo y me dijo: “Tranquila, no es personal, es que así son, son en una”, pero claro, el latino es más «Ay, te lo decoro, mira que de pronto te tienes que esforzar más para conseguir ¿no es cierto? Este trabajo», y yo como: «No es así, a mí me echan condimento bonito para decírmelo. A mí no me lo puedes tirar de frente», pero así es, el peruano es más cariñoso en decirte las cosas. El israelí, aparentemente, el europeo también, pues es muy así, no, muy directo, muy a la vena, te lo digo las cosas como son, pero hay algo que también…
Patty: Me gustó lo del condimento sí, es cierto…
Ana: Claro…
Patty: Es cierto, necesitamos el condimento.
Ana: Le agregamos cositas, le agregamos cositas, ¿entiendes? Entonces y el condimento también se ve en el amor, pues hablemos un poco del amor, porque tú te fuiste cincuenta días a Italia, que eso suena a nombre de película, te fuiste 50 días a Italia y conociste al amor de tu vida. Cuéntame un poquito, ¿cómo pasó, de pronto, el amor de la vida de todo mundo está en Italia?
Patty: Claro, claro, sí, suena a película, pero en realidad fue como que a lo mochilero trip; tenía muy poca plata y me acuerdo que bookié, reservé un pasaje de avión de ida y la primera noche de hotel y después que fluya y fue supera aventurero y sí, pues yo fui porque ya estaba un poco cansada, como que la cultura francesa y mucho blanco, necesitaba algo más latino, gente más así morena, latina, etc.; y en mi día veinte creo del viaje, conocí a un grupo de argentinos, los escuché hablando ahí en argentino… en español. Entonces me acerqué y como que: «Oye sí…» y comenté algo en español, «Ay, sí hablas español que chévere, ¿de dónde eres? Perú, Argentina, bla, bla, bla, y me dijeron: «Mira este es nuestro amigo que hemos conocido también hoy día… ayer en el hotel, «Ah y era Christian, un holandés, cero el estilo que yo decía que iba a ir a conocer fuera de Francia, más blanco que la leche, y rubio y todo y yo: “Bueno ¿qué tal?”, y fue increíble porque a pesar de que era súper distinto a mi cultura o a lo que yo percibía de mi cultura, porque terminó siendo más latino que yo al final, nunca había sentido tanta comodidad y tanta conexión con una persona, fue increíble. O sea desde el primer día que nos conocimos estuvimos todo el día juntos y al día siguiente también ya sin este grupo, él se iba a quedar un día más en Florencia fue, y yo también, y paseamos y te juro de siete de la mañana que nos fuimos a desayunar a diez de la noche que él me acompañó a tomar el bus que yo me iba a Nápoles, a Roma, no me acuerdo a qué ciudad, de todo el día y fue increíble, nos contamos toda nuestras vidas, conversamos del pajarito que salía ahí del árbol, de todo. Y nunca había sentido eso y a partir de ahí nunca dejamos de hablar, él me empezó a escribir esa misma noche que yo me fui y me acompañó en el resto de mi viaje por mensajes de texto porque yo había llevado… bueno Patty la precavida había llevado un celular que no tenía el internet, o sea tenía mensajes de texto, en plan por mensaje de texto no sé cómo fue, por mensaje de texto nos hablamos y ya, desde ahí hablamos eso fue julio, agosto que estuve allá, y en octubre él me fue a ver a París, a verme después de unos meses de haber estado hablando por video, llamada, todo ya después y desde ahí, bueno dijimos como que: «Oye, ¿quién eres?, ¿quién eres?», o sea como que “Guau” y desde ahí empezamos formalmente. Hoy día justo cumplimos cincuenta y cuatro meses juntos, desde el fin de semana que fue a verme a París y desde ahí iba a verme cada dos semanas, manejando el pobre, cinco horas, desde Holanda a París o a veces cada fin de semana iba y bueno, estuvimos juntos todo ese tiempo y después yo me mudé unos meses a Holanda y después a Perú y después ya definitivamente a Holanda y nos casamos en el 2019 en Perú, y ya, estamos juntos, felices, de verdad fue una… la mejor sorpresa que he tenido, el haberlo conocido y tener esta relación tan, tan bonita de verdad.
Ana: Como noto de cómo eres de economista que tienes cincuenta y cuatro meses con él y has contado los meses, y has hecho todos los cálculos y ojo con las que nos escuchan, eso es amor, manejar cinco horas, hay gente que no toma ni el micro para ir media hora a visitar a alguien, cinco horas mis respetos.
Patty: Te pasas…
Ana: Mis respetos para Christian.
Patty: Sí…
Ana: Porque cinco horas es bastante, yo lo veo a mi esposo que maneja una hora y está cansado y dice “Ya no quiero manejar más”.
Patty: No, él salía de la chamba viernes a las seis de la tarde y llegaba a París once-doce de la noche y para irse… estar el sábado e irse el domingo a las cuatro de la tarde.
Ana: Oww
Patty: O sea, eso es amor, eso es amor.
Ana: Tomen nota las que escuchan, tomen nota las que escuchan por favor, para que sepan qué es lo que realmente es amor, y hablando de amor, dijiste en algún momento de que él resultó siendo más peruano que tú, ¿qué es lo que más extrañas de Perú?
Patty: Bueno mi familia, soy adicta a mi familia, como que todos los días videollamada con ellos porque no sé, los necesito, no soy… no me es muy fácil, quisiera que para, como a mucha gente se le haga mucho más fácil desprenderse, a mí no, he llegado a aceptarme así, no puedo, necesito verlos, necesito estar con ellos, así que eso es lo que más extraño y segundo la comida, obvio, o sea porque me traigo ají Panquita, me traigo ají amarillo, mi mamá me pone ahí mi Tarí y todo eso, no es lo mismo, no es lo mismo que comerlo a que te lo cocinen ahí porque a lo demás yo no sé cocinar. Entonces se me vence al final y me sale un mamarracho de comida, pero sí comer ahí, y algo que extraño bastante son las juergas, porque acá en Europa, excepto con mis amigos latinos, pero normalmente la juerga es ir a tomar a un bar, conversar, matarte de risa, chévere o una reu en la casa, una parrillada, etc., pero en Perú es como que bastante lleva al baile, como que sales a tomar los previos y la juerga en sí es bastante ‘discotequear’ y bailar y poner música y bailar reggaetón. Entonces, eso extraño, un montón.
Ana: Sí no, bueno, de hecho que la fiesta peruana es diferente a la fiesta en el extranjero, o sea es otra cosa, y de la comida tienes razón, la vez pasada mi esposo compró el aderezo del pollo a la brasa y me dijo: “Te voy a cocinar pollo a la brasa acá en la casa”, pero no es lo mismo pues, no es lo mismo que ir a tu Canastas, o a tu Don Tito y comer tu pollito no es lo mismo o sea, sabe rico, sí, claro, pero no es la misma cosa.
Patty: No.
Ana: Entonces, es como que ya hicimos el esfuerzo, compramos el aderezo, bañamos al pollito, lo pusimos en el horno y claro lo comí con ganas porque de hecho extrañaba el pollo a la brasa, pero no es lo mismo, y dices: “No, pero es que falta el feeling, que te pongan tu ají amarillo, tu vinagreta, todas tus… con todas mis cremas por favor, las papitas ricas”… las papitas de Don Tito.
Patty: Eso, con todas las cremas y extra ají por favor.
Ana: Exacto, un poquito más para mezclar ahí todo, que no falte nada, eso se extraña no, y como tú dices, por más que lo cocines acá, la vez pasada yo hice arroz con pollo y claro no es lo mismo que el arroz con pollo que traes del menú y todo, es otra cosa, o sea es otra cosa y extrañas eso, la mano peruana que lo cocina en Perú, el feeling, no sé, es el país, es el aire contaminado de Lima no sé…
Patty: Es el agua, el agua que no es potable.
Ana: Exactamente.
Patty: Esos ‘microbitos’ le dan la sazón.
Ana: Sí, esa es la sazón. La verdad, eso deberían meterlo en bolsa para llevártelo, para exportar cuando viajas, pero sí, o sea, son esas cosas que parecen tan chiquitas que una las extraña a fin de cuentas, o sea el menú de la esquina, tu casera del emoliente, cosas chiquitas que no las encuentras en otros países que parecen ridículas pero las extrañas.
Patty: El emoliente en bolsa, eso le invité a Christian, a mi esposo, la primera vez que fue a Perú, “¡Oye qué rico!”, porque le echan, no sé cuantos líquidos.
Ana: Sí.
Patty: Siete… Diez tipos de líquidos y Christian con su bolsa y su cañita, “¡Oye qué rico…!”
Ana: Ese era mi desayuno en el trabajo. Yo iba temprano a comprar mi bolsa de emoliente y mi pan con palta y mi pan con lomo y me iba al trabajo.
Patty: Asu que power.
Ana: Sí, claro, o sea ufff.
Patty: Poderoso, buenísimo.
Ana: Pero ahora no hay acá, pues y yo buscando mi emolientero y no hay. Entonces son cosas que se extrañan, y que a veces que creo que uno…
Patty: Correcto.
Ana: Uno no está preparado a veces emocionalmente para eso, o sea la primera vez que yo vine a Israel, yo me vine por un año y no estaba preparada para… más que el choque cultural, de lo que encontré acá, de lo que me faltaba. Entonces me gustaría que me dijeras o que me contaras, ¿qué le dirías a esa peruana, sea adolescente, joven, adulta, que dice: “Oye, yo quiero irme a Europa a trabajar o estudiar, ¿qué es lo que le espera ahí, cómo debe prepararse para ese gran viaje?
Patty: Bueno, lo primero que le diría es que lo haga, o sea que se focalice, se mentalice y lo haga, lo realice, si es superjoven, que tal vez quiera estudiar su bachillerato, su universidad y su familia lo puede pagar o pueda acceder a una beca, porque ahí está la beca Presidente creo que cambió el nombre, no me acuerdo, a la cual yo también postulé y me la aceptaron, pero al final me iban a dar, bien graciosos, como que tenía yo que estar en la ceremonia y la ceremonia era en pleno curso. Entonces iba a tener que, no sé, fue todo un tema. Entonces no la acepté, y además que te amarra a quedarte un año más y yo dije: “No, yo quiero ser libre”, y felizmente lo hice, porque me dio la oportunidad de estudiar un año más y conocer a Christian y todo, en fin, yo diría eso y a la gente que no es tan joven y que no tienen los recursos les diría que junte, que ‘chambee’ un poco en Perú y que junte la plata, porque lo mejor que puedes hacer es no venir con las justas a buscar trabajo y estudiar, sino tener un buen sustento por los primeros meses mientras te acoplas y vas buscando tal vez algo, porque yo, a mí se me acabo la plata como que a los… se me empezó a acabar la plata a los siete, ocho meses y tuve que ‘chambear’, vendí souvenirs en tienditas hermosas de París, o sea eso fue bonito, ¿qué más…?, trabajé en restaurantes , trabajé preparando tragos que nunca había probado, ya me veías a mi coctelera lo cual fue una experiencia de crecimiento personal increíble, pero al mismo tiempo la parte negativa es que me quitó tiempo y energía para dedicarme a mis estudios. Entonces, si yo hubiera tenido más dinero juntado, hubiera podido dedicarme más y aprovechar más los estudios que en vez de estar trabajando, hubiera trabajado menos horas, etc., Entonces yo recomendaría eso, que tengas o una beca o un buen sustento económico para que te ayude los primeros meses y que te haga trabajar un poquito nada más para apoyar, pero sí, de todas maneras que lo hagan, o sea es una experiencia hermosa, salir de tu zona de confort, conoces gente de distintas culturas, de distintos países que no sé justo hoy día mi esposo me dice: “Oye, ¿has escuchado este país Lesoto?, y yo: “¿Lesoto? Claro, un amigo de maestría es de ahí, es un país que está dentro de Sudáfrica, que no sé qué, que tiene poquísimos habitantes…” pero nunca hubiera sabido si no hubiera estado teniendo este intercambio cultural como seguramente tú también lo has experimentado, así que los beneficios son increíbles. O sea los contras se quedan chiquititos en comparación de los beneficios, además que estar en Europa te permite viajar por todo el continente súper fácil y barato, o sea te vas a Francia, el otro fin de semana te vas a Alemania y a Italia en un mes, o sea te sale económico viajar por este continente tan bonito lleno de historia y de cultura, o sea recomendadísimo, háganlo de todas maneras.
Ana: Patricia ha hablado. Ha dicho que nos vamos y nos vamos todos, entonces.
Patty: Eso, yo debería ser la presidenta.
Ana: Sí.
Patty: En este contexto de la actualidad me voy a postular.
Ana: Postula, por favor. Patricia, muchísimas gracias por estar conmigo el día de hoy en Granadilla Pódcast. Ha sido un gusto escucharte y muchas gracias nuevamente por formar parte de este proyecto.
Patty: Gracias por invitarme, Ana Lucía. La pasé muy bien.
A Patty le encanta bailar, así que para hoy te invito a que revises Granadilla Podcast-Playlist que está en Spotify y muevas el cuerpo al ritmo que les encanta a las peruanas rompiéndolas en el extranjero.