Toda su vida supo que quería dedicarse a la ingeniería ambiental, en el último año de su carrera decidió iniciar una investigación pionera en el aprovechamiento de recursos naturales y la mejora de suelos agrícolas. En el 2014 el jurado de uno de los programas de becas de PRONABEC se enamoró de su investigación y no solo le otorgó la beca, sino que le pidió ser embajadora del programa. Por motivos que hablaremos más adelante en el 2015 rechazó la oportunidad. Al año siguiente se mudó a Arequipa por dos años y comenzó a cosechar muchos hitos de independencia, es así que en el 2018 se anima a participar en el programa de intercambio Perú – Australia para turismo y trabajo. En abril del 2019 llega a Australia sin expectativa ni planes, aun así se siente aún más cómoda que en casa desde el primer día. Actualmente, trabaja como analista del medio ambiente. Hoy hablamos con Pattica.
Canciones de fondo: Respirar (Bebe), Todo se transforma (Jorge Drexler) y Camino del agua (Ana Laan)
Entrevista:
Ana: Hola, Patty. Bienvenida a Granadilla Podcast.
Pattica: Hola, Ana Lucía. Muchas gracias.
Ana: ¿Qué tal? Gracias a ti por estar el día de hoy con nosotras y aquí en Granadilla Podcast. Me gustaría comenzar preguntándote que nos cuentes, mejor dicho ¿por qué es que dejas, decides no ir a Australia la primera vez? ¿Qué es lo que pasó?
Pattica: Bueno, se dio una oportunidad muy especial en mi vida, que fue a raíz de hacer una investigación muy bonita que involucra el biochar, que es un carbón vegetal que diseñé mediante el aprovechamiento de residuos agrícolas en San Martín y que fue una investigación auspiciada, gracias a eso cuando postulé al programa de becas para estudiar en el extranjero. Creo que fue esa investigación en definitiva la que hizo que el jurado me considerara y no solo me considerará sino que me recordara más adelante para que los apoyara promocionando este programa de becas. Entonces honestamente no sé desde cuando yo he tenido el sueño de irme a estudiar Australia, de tener esta experiencia de vivir aunque sea como estudiante de una maestría, el estar en Australia, ¿por qué? No lo sé, no conozco a nadie, no tengo a nadie, familia, amigos, no tengo nada de ahí, pero siempre me llamó la atención. Entonces obviamente obtener la beca para mí fue como decir un sueño cumplido, uno de los tantos sueños que uno puede tener, decir: «Oye lo logré, este sueño ya está», pasó a realizarse, pero la vida a veces te tiene preparado otros planes y ahora puedo ver con perspectiva, porque yo la verdad que no estaba preparada para poder cumplir este sueño, no en ese momento estoy hablando el 2014, porque yo tenía problemas gastrointestinales que se retroalimentaba mucho con mi ansiedad. A veces empezaba como una ansiedad mía muy fuerte que influía en mi salud o a veces era un tema de salud que retroalimentaba mi ansiedad y era un círculo que sé que siempre se ha dado, pero con el paso de los años uno ya va haciendo adulto y tiene mayores responsabilidades y mayores presiones y pues a veces uno que no tiene. No tiene las herramientas para poder afrontar emocionalmente esos retos esas presiones, pues a veces uno empeora su caso y ese fue el mío, mi ansiedad ha sido no sé si decir problema, pero ha sido una realidad que me ha acompañado desde pequeña y que se ha convertido, se convirtió en su momento en un trastorno. Entonces y que nació a raíz de que yo tenía que irme a Australia en un periodo muy breve, pero no había terminado mi investigación y tuve esa presión de decir: “Antes de irte, por favor termina, publícalo, etcétera, etcétera”, porque también tenía que ver con obtener mi título universitario, una cosa es ser bachiller y otra cosa ser ingeniera ambiental y lo hice en tiempo récord, pero eso acarreó una presión gastrointestinal que se complicó con mi ansiedad y llegó un punto en el que yo dije: yo ahora me encuentro sumamente mal, estoy a pasos de irme a Australia, es la primera vez que me voy a ir tan lejos, ¿quién me va a cuidar? O sea yo estoy en este país, mi país, mi gente, mi familia, vivo en la casa de mis papas, mi mamá me conoce muy bien, ella me ha apoyado, sabe una dieta estricta que debo seguir, pero yo no sé cocinar, empieza uno a evaluar y decir: “Oye…”, realmente o sea lo bonito lo ves, pero también te toca ver y decir: “Oye y como me voy a cuidar si es que no tengo experiencia yo de ser completamente independiente”. Entonces tuve muchos temores y decidí posponer mi beca por seis meses, luego de seis meses la cosa más bien físicamente empeoró, yo en vez de estar mejor empeoré bastante y se complicó, se complicó a un cuadro más general y pues ya luego de llegado el tiempo ya no quise posponer otro semestre más, porque para mí era como un tormento de decir: “Y esto cuando se va a acabar, cuando se va a acabar este problema mío, de mi ansiedad y de mi problema de salud y poder tomar la decisión”. Entonces me dolió mucho definitivamente para mí fue, me sentí, sentí un fracaso sentí que había fracasado el no poder haber cumplido este sueño por no sentirme preparada. Entonces esa es la historia de por qué no pude cumplir mi sueño en ese momento de ir a Australia y estudiar una maestría.
Ana: Creo que es importante recalcar que no… que irse al extranjero no es fácil, no es una decisión de “Ay si cojo mis maletas y me voy”, sino que hay muchas cosas que de pronto hay que sanar, que resolver y en base a eso me gustaría que a las que nos escuchan, a las y a los que nos escuchan y que de pronto quieren emigrar, pero no están seguros o que tienen miedo ¿qué consejo les darías, de ponto (a quiénes) tienen cosas por resolver? De pronto tienen ciertas barreras personales que todavía no les permiten dar ese salto ¿qué consejo podrías darles?
Pattica: Es cierto, parece que… o al menos lo que nosotros vemos desde la distancia es que las personas que se van al extranjero tal vez solo muestran lo bonito que es cuando uno llega a ese país, muestra las fotos en Facebook, en Instagram posando, sonriendo. Entonces uno piensa que, pues que es sumamente fácil, pero en realidad depende también de cada persona en mi caso para mí, me di cuenta de que era un gran reto independizarme, independizarme emocionalmente más que todo porque yo sí sentí, se viene esta palabra en inglés que se llama attachment que no es lo mismo que atadura, pero si es…
Ana: Como apego.
Pattica: Exacto como apego, esa es la palabra, sentía yo mucho apego por mi familia y mi familia ha sido también mucho de ser protectora, sobreprotectora. Entonces me sentí muy sobreprotegida y me di cuenta de que esa era tal vez en algún momento eso me ayudó, me sirvió, pero que ya llegado el momento de yo querer sueños más grandes más bien era un obstáculo. Entonces consejos hay mucho porque y también depende de cada persona hay personas que, pues que sus más grandes obstáculos pueden ser los económicos, hay otras personas como yo que tienen problemas más emocionales, más de fortaleza y de autodependencia y hay otras personas que yo sí creo que les va muy bien. Yo sí creo que si están en lista para viajar y se lanzan a la aventura y genial, bien por ellos en realidad los envidio. Envidio a esas personas porque de hecho que existen, pero, por otro lado, viendo con perspectiva yo veo que la vida misma te prepara, si es realmente lo que tú quieres, si tu sueño es hacerte una vida en el extranjero o simplemente tener la experiencia, irte a estudiar una maestría y un doctorado o irte por una temporada y probar cómo es la vida ahí. Yo creo que también la misma vida se encarga de prepararte y eso es lo que me pasó a mí porque cuando yo renuncié a la beca, yo no tenía planeado, no me dije a mi misma: “Bueno ya en un año o en dos años”, o sea para mí eso había quedado en el destierro o sea para mí, eso había sido un fracaso total, un fracaso de tenerlo todo a no tener nada, yo no quería saber absolutamente nada, pero sí sabía que tenía que hacer muchas cosas por mi vida en ese momento, estar bien emocionalmente, estar bien de salud y ganar esa independencia, que también yo siempre, siempre la quise y que pensé que la tenía, pero luego uno se da cuenta y dice: “No, aún me falta”. Entonces la misma vida se encargó de que me ofrecieran un trabajo en otra ciudad de Perú y si bien Arequipa no es otro país, a mí me sirvió muchísimo estar dos años fuera de casa porque significó irme de casa, irme de la ciudad que yo conocía muy bien, con gente que yo conocía, con un entorno laboral que yo ya conocía, a una ciudad de la que no conocía nadie, no tenía a nadie más que a un contacto ahí, una amiga mía y la verdad que me encantó, me encantó y me di cuenta de que: “Oye Patricia tú eres más feliz mientras más lejos de casa estás”, o sea así llegó a ser para mí un descubrimiento de que: “Oye, ¿estás bien?, ¿me entiendes?, lo haces bien, genial, adelante.
Y pasaron dos años donde yo crecí bastante, me encantó vivir sola, me encantó tener un espacio para mí, un apartamento bonito que alquilé, lindo, lindo fue una experiencia hermosa me encantó, el contrato se terminó en Arequipa y regresé a Lima con la misma empresa, pero ya tenía 29 años y justo escuché una oportunidad para irse a Australia, pero no como estudio sino como un programa de intercambio y me puse a pensar y dije: “Bueno, Patricia tú ya estás lista, ya tienes dos años viviendo sola, es más has regresado a Lima ya no vives con tus papás, vives con tu pareja, definitivamente…”, ya sabes, bueno, yo no me gusta cocinar, pero uno se las arregla, cuando uno ya vive solo a pesar de que no le guste cocinar o no le guste hacer lo otro, ya uno tiene idea de cómo arreglárselas. Entonces yo dije: “Puedes arreglártela allá, no hay problema y es más, si no te gusta si te das cuenta de que Australia no es lo tuyo, regresas y tienes contactos laborales, tienes una buena carrera profesional, no hay problema o sea puedes darte ese lujo de hacer de tu vida que tienes 29 años ya no tiene 25, sino 29 años y tienes dinero y tienes contactos y ¿por qué no vas para darte unas merecidas vacaciones?, así fue como, así fue mi idea de decir: “Okay, hora de irse, hora de por fin conocer Australia” y bueno yo también busqué las herramientas para poder independizarme, o sea una gran plataforma para mí fue mudarme a otra ciudad. Fue también tomar otro trabajo con mayores responsabilidades que me permitió a mí también conocerme más a nivel profesional, fue el aprender a cocinar, aunque sea lo más mínimo, pero igual cocinar para mí, fue el verme enferma y tener que cuidar de mi misma. Entonces fueron herramientas que fui aprendiendo conforme yo también fui retándome poco a poco, entonces el consejo que daría a las personas es ser muy transparentes consigo mismos o sea ser capaz de ver al espejo, de verte al espejo y decirte: “Okay, ¿sabes qué? Estas son mis fortalezas, pero, por otro lado, tengo estas debilidades y estas debilidades pueden afectarme en mi proceso migratorio porque yo quiero irme a estudiar o quiero irme a trabajar o simplemente quiero ir y ver cómo es tener una experiencia, pero la verdad es que esto me retrae. Entonces ser muy honesto con una misma y ser muy abierto con la idea de buscar las soluciones, o sea hay que tener agallas también para afrontar los miedos que uno tiene y más agallas es buscar la ayuda que se necesite, yo soy siempre partidaria de no quedarme con dudas, de no quedarme con miedos o con dudas, sino que sabes qué, «Ayúdame». Yo siempre que he tenido problemas, no he tenido, no tenido ningún inconveniente en buscar ayuda más bien, soy la primera que levanto la mano y dice: “Ayúdame, ayúdame, ayúdame”, entonces para mí fue la ayuda psicológica fundamental en poder ir mejorando, bueno hasta ahí eso lo que yo puedo compartir.
Ana: Qué importante lo que mencionas de pedir ayuda porque justamente cuando uno va a independizándose poco a poco y tú lo hiciste primero en el hermoso país de Arequipa que es como irse al extranjero, para los que son peruanos saben que Arequipa cuenta como el extranjero y ese proceso de ir independizándote poco a poco y como tú dices de ser sinceros con uno mismo, de lo fácil o difícil, o lo complicado o interesante que va a ser estar también en el extranjero solo. Es ir retándonos, pero siempre pidiendo, sabiendo pedir ayuda porque a veces uno es muy así como que “Yo puedo todo”, y en verdad hay que aprender a pedir ayuda y hablando. Entonces te pido ayuda para que nos cuentes un poco de cómo funciona este programa de intercambio Perú – Australia en el que tú participaste, ¿cómo funciona? ¿Cuáles son las características? De hecho que por el tema del Covid y de pronto no todo es como era antes, pero tener una idea para aquellas que nos escucha y lo puedan considerar como una opción para más adelante.
Pattica: Bueno es un programa que inició hace más o menos tres años, cuatro años y bueno no sé que otros programas parecidos tendrá Perú con otro, me parece que uno similar con Francia ahora que también ha salido y es que te permite a ti tener una visa de trabajo, pero restringido donde tú puedes ir a Australia y donde los australianos pueden ir a Perú y estar por una temporada máximo de un año, tú puedes trabajar de lo que sea, no tienes ninguna restricción en el tipo de empleador que puedes conseguir, por ejemplo, si tú eres profesional y consigues una empresa que te contrate excelente, pero la restricción es que puedes trabajar máximo seis meses con el mismo empleador. Esa es la principal restricción de la visa porque se llama una visa de Work and Holiday es trabajo, pero también de turismo. Entonces no es una visa de trabajo, sino que también uno va a generar ingresos al turismo australiano entonces yo primera vez que le escuchaba en su momento tenía, estaba en el primer año de haber lanzado, ya había la primera convocatoria ya había salido y ya había gente que ya estaba en Australia cuando yo me enteré. Entonces tenía, tienes que tener menos de 30 años para poder postular a ese programa de visa y yo tenía 29 años y me pregunté a mí misma, me dije: “Bueno, Patricia obviamente tú y yo o sea tú y tú, tú y yo sabemos que está esto pendiente, tienes 29 años ya vas generando estabilidad en tu vida, ya estás con tu pareja en ese” – bueno yo tenía mi pareja en ese entonces – Me dije a mí misma: “Ya estás viviendo con tu pareja, estás pensando a futuro y ya vas abriéndote camino a nivel profesional”, porque yo no me puedo quejar a nivel profesional me he ido muy bien y me dije: “Si no lo haces ahora, no lo vas a hacer después, porque los compromisos van aumentando, la edad uno va creciendo y mudar… o sea no es que no puedas, pero para mí lo ideal era irme en ese entonces y no esperar a tener 35 años para empezar de nuevo y etcétera, que digo que lo puedes hacer en definitiva, si hay ahí alguien escuchando que tiene más edad y quiere hacerlo, adelante, pero tiene sus pro y sus contra.
Entonces decidí yo… para ese entonces eran máximo cien plazas quedaban y había muchos, para sorpresa mía, habíamos muchos lo que queríamos irnos a Australia y fue más que todo una competencia en quien entrega los papeles más rápido porque no es un tema de puntaje en el que “Ah mira tú eres ingeniero tiene más puntaje no, no simplemente cumples todos los requisitos, entrega la información al consulado en Chile y los primeros cien documentos que lleguen, esos cien primeros van a ser las que tengan la visa. Entonces fue una competencia en que quien obtienen los papeles primero, quién los envía etcétera, etcétera. Entonces, en todo ese proceso mandado los papeles yo ya tenía personas que, pues ya gente decía: “Ya me respondieron de la embajada, tengo la visa”. Genial, excelente y yo tenía, me he dado cuenta, pues que yo tengo una vocecita muy pesimista, que me ha acompañado en muchas ocasiones, entonces esa vocecita empezó a hacerse muy latente porque veía que otras personas ya tenía la visa y yo no la tenía y justo a mi contrato, mi contrato laboral se vencía y decidí no renovarlo porque renovarlo para luego estar dos meses trabajando y tener que renunciar no me pareció lo ideal. Entonces yo ya en ese entonces estaba esperando la visa y no tenía trabajo y me empecé a poner muy nerviosa, me empecé a poner muy ansiosa, porque la vocecita también me empezaba a decir y qué pasa ahora si te vas, o sea estás lista realmente, empezaba a dudar y después decía ¿y si no me dan? O sea a las finales no voy a poder hacerlo, no voy a poder ir. Entonces hubo esta dinámica de ¿qué tal si tú tienes mala suerte y ya es muy tarde para ti?, ¿qué tal si perdiste la oportunidad en su momento?, entonces la mente es muy poderosa para bien o para mal y algo que a mí me tiene muy sorprendida, es que días antes de que me den la visa yo salgo con una amiga a tomar un café y yo no tomo café, no sabía por qué en ese entonces, pero yo nunca tomo café y ese día que me encuentro con mi amiga, tomo un café helado inmenso como que no sé medio litro y me lo tomo y obviamente la cafeína surte efecto en la noche donde yo me siento como que con ganas de caminar y caminé hasta mi casa que era kilómetros – como que dos km creo, dos, tres km que decidí caminar en la noche – y para cuando llegué a mi casa, empecé a tener ataques de pánico producto de la cafeína y eso es porque yo tengo un sistema nervioso muy o tenía un sistema nervioso muy desequilibrado que la cafeína me desequilibró muy fácilmente y yo empecé a tener ataques de pánico y entrar en este… es como un remolino porque se retroalimenta con el pensamiento, se retroalimenta con el miedo mientras uno más tiene miedo de tener ataques de pánico más probabilidades tienes de tener ataques de pánico porque cuando uno rumea y tiene tanto miedo, pues se genera eso. Entonces para cuando me entregaron la visa nuevamente tenía ataques de pánico entonces yo misma me decía: “Dios mío, han pasado cuatro años desde ese episodio de ansiedad extrema y ahora hoy nuevamente otra visa, pero finalmente una visa para irme a Australia y mírame como estoy o sea nuevamente estoy hecha trizas” y dije: “Otro, otra derrota o sea otro fracaso y obviamente eso me sumergió en una profunda tristeza, una profunda tristeza y no saber qué pasa o por qué te pasa eso a ti, cuando es un sueño que tanto quieres, cuando es algo que realmente quieres y te pasa esto es algo que… pues que te afecta mucho y bueno estaba cansada porque ya había tenido terapias, ya había… o sea había tratado de cambiar mi vida por completo y me sentía nuevamente tope. Tengo dos años acá en Australia hablando inglés que ya algunas palabras en español no las tengo, en la punta de la lengua, me sentía desesperanzada porque yo decía he hecho de todo, he tratado de todo y no tengo ese y mírame hoy no, mírate hoy Patricia ¿todo lo que has hecho de que te ha servido?, pero bueno tenía que estar bien, tenía que salir adelante más sí ya si me iba a Australia, tenía que salir de ese cuadro de, nuevamente de ese cuadro de ansiedad, donde decidí probar otra terapia, una terapia que yo puedo decir que me salvó y que me ayudó finalmente a ser la persona y a vivir la vida que yo realmente quería vivir, que hoy por hoy la vivo y fue una terapia que me costó un montón de plata y donde se me propuso medicarme, tomar una medicación para la ansiedad, porque mi trastorno era un trastorno de ansiedad generalizado, pero sumado a un problema de regulación emocional y es que hay personas que, pues que como yo, ante una emoción particular se puede desregular. Por ejemplo, uno si tiene miedo es normal tener miedo ante una situación nueva, pero una persona regulada tiene un nivel de cuatro-cinco mientras que una persona desregulada puede tener el doble a pesar de que se trata del mismo miedo, del mismo desafío, entonces eso me pasó a mí y pues hay mucho estigma con el tema de la medicación, uno dice, no, o sea que la medicación es de locos o realmente tienes que estar súper mal, o sea hay demasiado estigma que hoy por hoy digo ¡qué tal estupidez!, pero ese estigma me ha venido acompañando porque también es un tema de familia en el que sabes que, nosotros no somos de eso, nosotros no vamos a un psiquiatra, no tomamos medicación para la locura, nosotros nos la arreglamos viviendo y confrontando nuestros miedos etcétera, etcétera, pero dije sabes que he probado de todo y la medicación fue mi salvavidas, la medicación me funcionó a largo plazo y yo puedo notar que mi sistema nervioso es totalmente diferente, yo me noto diferente y ha sido un proceso larguísimo, pero finalmente luego de meses de terapia y luego de meses de estar con la medicación finalmente llegó el momento de decir “Sabes que, me voy, ya es hora de irme” y donde mi psicólogo y mi psiquiatra me dijeron: “Estás lista Patricia”, o sea uno nunca está listo cien por ciento, pero tienes todas las herramientas contigo para poder enfrentar lo que se te presenta en la vida, porque así es la vida, uno no tiene nada comprado y no tiene nada dicho y no tienes nada ya solucionado, sino que la vida te da desafíos en cada momento, sea que estés en tu país o sea que emigres, siempre están los desafíos ahí adelante, entonces eso fue lo que yo acepté finalmente, sabes que yo hoy por hoy, yo soy, yo tengo ansiedad, tengo mi problema de regulación emocional, pero por otro lado tengo mi medicación, tengo mis herramientas, me conozco muy bien, me motiva algo que yo quiero que es irme de mi país y armarme una vida aunque sea por un momento en Australia que por algo me llama, entonces terminé de trabajar porque en ese lapso conseguí otro trabajo porque tenía que pagarme una terapia tan cara que dije no puedo yo tomar mis ahorros, así que trabajo, finalmente renuncié a ese trabajo y terminé de trabajar un viernes de abril y el domingo, lunes ya estaba con mi mochila yéndome a Australia, así sin mucho preámbulo ya listo, mi maleta, yo hecha resuelta y llegué un 11 de abril del 2019 aquí, a Australia, a Melbourne, a la ciudad de Melbourne.
Ana: Interesante todo el viaje previo al viaje oficial que has tenido y que es importante como tú dices, dejar el tabú atrás de que a veces necesitamos ayuda para estar estables, para ordenarnos, para resolver ciertos problemas y me parece muy bueno mencionarlo. Y ahora que hablamos ya de Australia como tal, yo sé que tú me dijiste cuando conversamos la primera vez que sentías que Australia desde el primer momento fue como tu casa, ya has pasado, ya tienes dos años allá, dos años y un poquitín más entonces que me cuentes y que nos cuentes ¿qué similitudes y diferencias hay entre la cultura australiana y la cultura peruana?
Pattica: Mira yo me sentí. Cuando llegue a Australia me sentí como Pedro en su casa, me sentí totalmente en onda con la cultura, me sentí, no experimenté ninguna barrera del idioma, me sentí como una más, no experimenté ningún problema de racismo, las personas que conocí se convirtieron en grandes personajes de mi experiencia. Yo llegué a Melbourne luego de un vuelo de diecinueve horas, si no me equivoco desde Chile y sabía que alguien me esperaba que ni siquiera yo conocía, pero era un amigo de una amiga de amigo, que tan lindo esa persona que fue a recogerme y llegué a la casa de otro amigo, bueno en ese entonces yo no lo conocía era el dueño, es el dueño de un Airbnb que se convirtió en mi ángel, que me ha ayudado tantas veces y que me ha ofrecido su hogar sin costo alguno tantas veces y conocí a mi pareja actual acá en Melbourne y yo creo que estaba escrito, creo que tenía que pasar, por tanto, para finalmente llegar y disfrutar o sea, ya no sufrir, ya no luchar, sino vivir y vivir y disfrutar. Entonces para mí ha sido un periodo de luna de miel con Australia, con Melbourne, porque es una ciudad tan ordenada, de gente con muy buenos modales, muy empática, gente en la que por ejemplo, yo después de haber trabajado tanto tiempo en mi carrera quise darme un break, o sea, como que quise llegar a Australia y no buscar inmediato un trabajo profesional, sino simplemente disfrutar la experiencia, o sea, de lo tanto que me costó llegar a Australia dije: “Sabes que no hay presiones, simplemente quiero disfrutar el recorrer las calles ordenadas, limpias, sin nadie tocando la bocina, sin nadie gritando al otro, sin tráfico, con todos respetando todas las reglas, quiero nada más caminar y ver, pero tampoco o sea, podía tomar mis ahorros, pero la idea era como que en lo posible trabajar en algo que no me quite mucho, que no me permita tocar mis ahorros sino que más bien me de más libertad de querer hacer lo que yo quisiera y por ejemplo no tenía experiencia de mesera para nada, pero por ejemplo empecé yo a repartir papeles y a entrar, por ejemplo en el barrio donde yo vivía que se llamaba Balaclava, iba a cada tienda y decía por ejemplo: “Mira yo estoy acá tengo acá mi documento, mi hoja de vida y las personas, o sea me recibían con una sonrisa, tomaban mis papeles y luego me decían: “Sabes que por ahora no necesitamos, pero te deseo lo mejor que te vaya bien espero consigas hoy día mismo alguien más”, o sea qué bonita forma de convivir con personas muy amables y eso fue lo que yo, yo vi, yo decidí ver porque no es un país de las mil maravillas también tiene sus cosas malas y sus cosas buenas, pero yo decidí ver y apreciar lo bonito que se me ofrecía, porque también Australia es un país de inmigrantes, pero también hay un problema de discriminación, no un problema de discriminación como lo hay en Estados Unidos o en otros países, es un, si hay discriminación es una discriminación educada, por ejemplo, donde uno no te busco ofender, pero si no está de acuerdo con que haya una mayoría de tal país acá en este país, por ejemplo. Entonces yo decidí ver siempre lo bonito de cada experiencia y por eso es que puedo decir que siempre me he rodeado de personas que más bien me han sumado y conocer a mi pareja fue creo que también algo que estaba escrito porque mi pareja había llegado en el 2014 justo el año en el que yo supuestamente estaba destinada para irme a Australia la primera vez y no lo hice obviamente, pero él trabajó tanto en lo suyo que obtuvo un sponsorship en su carrera y ese sponsorship le permitía para más adelante aplicar a la residencia permanente, o sea volverse australiano y… pero es un proceso largo y yo llegué sin expectativas grandes porque yo había terminado una relación, había terminado una relación en Perú y yo realmente no tenía expectativas de formar una relación nueva, pero conozco a esta persona y pasa el año y medio donde uno ya dice: “Oye, ya tengo cierta edad, él tiene cierta edad y uno ya empieza a hacerse planes y él me invita a formar parte de su proceso para obtener la residencia y justo hace un par de días nos dieron la residencia a los dos y no sé cómo va a explicarla, o sea, tengo dos años acá en Australia, justo se venció el segundo año de la visa de Work and Holiday y la vida me ha dado este regalo y creo que ha sido como un regalo de la paciencia y de mis deseos de perseverancia, creo que ha sido el premio de “Mira Patricia has querido estar aquí y ha luchado por tanto y has sobrepasado y has sobrellevado y has buscado sanar esto y has buscado perdonar esto y has buscado esto y te has medicado y esto y lo otro y lo otro y mira has llegado acá, eres feliz, las personas que te han rodeado, te han ayudado y suman en tu vida y tu pareja hoy por hoy te ha permitido darte, hacerse parte de este gran proceso de migración y mira hoy lo que tienes”. Entonces yo me siento bendecida y puedo decir que si tu corazón te pide que hagas esto y tú con el corazón, o sea con una buena intención y le quieres dar, inviertes en eso, pues yo creo que la vida se encarga de dártelo porque no fue mi plan decir: “Mira voy a ir Australia y voy a encontrar a un hombre que sea australiano y me de la residencia… no, sino que se dio solo, se dio solo, pero creo que estaba destinado.
Ana: Sí, definitivamente las cosas pasan por una razón y no hay dudas que todo tu esfuerzo lo estás ahora traduciendo porque la estas rompiendo en Australia de una manera u otra en base a tu esfuerzo, en base a tus sacrificios también enfrentar tus obstáculos y quiero agradecerte por compartir tu experiencia, tus luchas con nosotras con las que escuchan este programa y nada felicitarte por todo lo que estas logrando. Felicitarte por la residencia porque de hecho que también yo como inmigrante sé que no es nada fácil tener la residencia, es papeleo tras papeleo de decir basta ya, ya no puedo más y es un proceso difícil para las que nos escuchan y saben que han estado en algún proceso de residencia no es nada fácil en ningún país del mundo lo es, porque no es que los países andan regalando residencias, entonces es complicado, es difícil y el hecho…
Pattica: Solo uno cuando migra pueda valorar.
Ana: Exacto.
Pattica: A otro inmigrante.
Ana: Exactamente, eso es cierto, hasta que uno no está en ese proceso no entiende la lucha, como tú decías al inicio, uno ve al que miro sus fotos en el Facebook: “Ay mírala que feliz viajando, conociendo”, no es cierto, pero no ve la otra parte que uno no pone en redes sociales, el papeleo, las luchas, el terminar llorando porque el papel no era, porque el documento, te rechazaron tal papel, que esto, que el otro, prepararte es un proceso, así que me identifico contigo y nuevamente te agradezco por ser parte de Granadilla Podcast.
Pattica: Muchas gracias Ana Lucía. Y me parece muy bonito este proyecto que yo creo que me hubiese encantado escuchar a alguien con una historia parecida a la mía porque me hubiese dado probablemente más fuerzas en ese entonces, más inspiración, saber oye si ella pudo a pesar de esto, de lo otro, de lo otro, yo también puedo sólo que necesito más tiempo, necesito más herramientas, necesito más dinero, necesito más experiencia o lo que sea, pero sí se puede, entonces me hubiese encantado que tu podcast hubiese empezado hace 5 años.
Ana: Gracias por tus palabras, definitivamente ese es el objetivo de Granadilla Podcast que ya tenemos contigo catorce peruanas en el mundo que la están rompiendo y cada historia es diferente, cada historia, cada motivo, cada razón por la que migraron y cada uno tuvo sus propias luchas y la idea es que los que nos escuchen puedan identificarse y decir: “Mira esta peruana lo logro, yo también puedo hacerlo, qué puedo aprender de esa peruana para aplicarlo en mi vida y para poder también emigrar y asentarme”, si de pronto su deseo es emigrar por un ratito nada más y volver también o si su deseo es emigrar y quedarse en el extranjero, poder brindarle las herramientas para que lo haga.
Pattica: Exactamente y saber que hay muchas posibilidades de que así como a mí, llegué al país, me sentí como en casa para otro no es así, para otro es llegar y es extrañar a casa, extrañar la comida, tener un idioma es una barrera del idioma. Entonces cada proceso es diferente, o sea uno no puede decir por qué a ti te pasó así yo quiero que me pase así si no me pasa así y pues no quiero, entonces es un poco del destino, es un poco de suerte y es un poco de como tú te forjas tu futuro en el extranjero porque definitivamente no es algo fácil, tienes que enfrentar muchas cosas ya sea antes en mi caso o durante tu proceso migratorio, entonces yo… pero lo vale, lo vale en definitivo.
Ana: Definitivamente que sí. Sí, todo es el fruto de nuestro esfuerzo también y eso se disfruta también, así que este ha sido el episodio de hoy con Patty, muchísimas gracias Patty te deseamos lo mejor en Australia, un fuerte abrazo y un beso.
Pattica: Gracias Anita, un besote inmenso también, besitos. Si bien el contexto actual no nos permite planear viajes, te recomiendo que si quieres viajar vayas evaluando opciones como las que llevaron a Patty a vivir en Australia, el futuro y la conquista en el extranjero es de las peruanas.